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¿QUÉ ME ESTÁ FALTANDO MADURAR EN EL SEGUIMIENTO DE JESÚS?

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EVANGELIO DE HOY: 24/5/21 (Mc 10,17-27)

El evangelio de hoy comienza diciendo: “…cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: -Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”. Considere que ese “uno” pudiera ser cualquiera de nosotros. Se acerca a Jesús con las siguientes actitudes:

1. Búsqueda sincera: esa persona se arrodilla, y desde el suelo pregunta. Se vislumbra con cierto aire de alegría ante la oportunidad de encontrarse con Jesús. Tiene hambre de respuesta. Quiere sentido a su vida. Algo en ella está vacío.

2. Docilidad a la corrección (al comienzo): Jesús le clarifica, cuando le llama “Maestro bueno”, advirtiéndole que sólo Dios es bueno. Él se queda callado. Acepta. Aún no entiende que la corrección afecte los intereses que para él son fundamentales.

3. Cumplimiento de las normas: hasta el momento, para esta persona, las cosas van bien, porque desde pequeño, ha hecho hábito de cumplir las normas. Sin embargo, constata que el cumplimiento no satisface su vocación. Exige, con su respuesta, otras alternativas de parte de Jesús.

4. Recibe la mirada cariñosa de Jesús: este detalle recuerda la vida de muchos santos y santas que, tras recibir una mirada de Jesús quedaron impregnados para siempre, fascinados, enamorados. La persona del evangelio también la recibe. Cada uno de nosotros también. Es responsabilidad personal decidir hasta dónde dejarse interpelar por dichos ojos. Pudiera ser que, más allá de lo superficial, se porten escudos protectores que impidan a esas pupilas sagradas hacer su labor y su gracia.

5. Resistencia a lo que le falta: “vender”, “repartir”, “seguir”… contemplemos la pedagogía de Jesús; entabla un diálogo gradual, de menor a mayor exigencia. Lo lleva al punto decisivo donde él mismo tiene que escoger; dar el salto, o quedarse estancado. Jesús propone una sustitución de valores, donde los pobres sean beneficiados. Pero la débil luz de su fe, no le permitía hacer tamaña transferencia. Los tesoros del cielo parecen estar ocultos; en cambio, los de la tierra, pueden verse, tenerse, acumularse; son los que garantizan, a criterios humanos, seguridad.

6. Frunción del ceño y retorno pesaroso: en otras palabras, arrugó la cara y se fue aburrido, como señal de disgusto o desaprobación ante la propuesta de Jesús.

Señor, hoy, de manera especial, queremos pedirte para que la juventud no guarde eternamente en sus corazones, inquietud vocacional. Que puedan dar, con la gracia del Espíritu, el salto de la “inquietud”, al gozo del “encuentro y del seguimiento”. Que la Luz divina les ayude a vencer las resistencias.

  • ¿Qué me está faltando para responder a la voz del Señor?
  • ¿Algo me hace “arrugar el rostro” en el seguimiento de Jesús?
  • Ante las exigencias del Señor: ¿me marcho aburrido? ¿las vivo con gozo, porque la gracia me ha hecho cambiar los valores?