Sáb. Oct 12th, 2024

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El resto cayó en tierra buena

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La palabra de Dios cae en el alma como la semilla cae en la tierra. La palabra solo puede dar fruto si tenemos un corazón dispuesto a darle fiel cumplimiento. Solo así podemos mostrar al mundo las maravillas de Dios.

Sucede que en algunas ocasiones no damos buenos frutos. El mundo, la carne y el demonio, enemigos del alma, nos hacen la contra. Las tentaciones diarias, las preocupaciones por el dinero y el ahogo de las ocupaciones de cada día nos hacen olvidar la ocupación más importante: ser cristianos.

Seamos tierra buena que dé fruto para la vida eterna. Permitamos que la semilla del espíritu transforme nuestro corazón y seamos luz para el mundo. Dios estará siempre con nosotros en tan importante misión. ¡Ánimo!

Leer:

Mt 13,1-9: Cayó en tierra buena y dio grano.

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.

Les habló mucho rato en parábolas:

-«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.

Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.

Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.

El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.

El que tenga oídos que oiga.»