Jue. Mar 28th, 2024

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Una bomba

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Un chico buenmozo, criado como un príncipe, y profundamente amado por sus padres, ha extraviado su camino y convertido el rostro de su madre, una mujer bella, alegre y generosa, en una máscara de dolor y desolación. Perdido, como si caminara con los ojos vendados a través de un túnel oscuro, este muchacho, da traspiés y arrastra por el lodo la vestidura de rey conque lo cubrieron desde el día en que nació. Basta mirarlo para adivinar su vacío interno, lo único que puede explicar su indiferencia ante el sufrimiento infinito de su madre. Ese joven camina por las calles, ríe, y parece estar despierto, pero no es así, duerme.

Pesadilla

Su sueño es, para él, un terreno lleno de incógnitas, un lugar donde los demonios, disfrazados de ángeles, le salen al paso y parecen tenderle la mano cuando, en realidad, lo empujan hacia el abismo. Ese sueño, del que algún día, ojalá más temprano que tarde, despertará, es, a su vez, para sus padres, una pesadilla de noches desveladas, llenas de angustia, plegarias y ruegos, y días que necesitan ser llenados con trabajo y apoyo mutuo para no ver los monstruos que les rodean.

Muchos frentes

Los padres, con hijos adolescentes, en esta época, tenemos en las manos unas bombas que pueden explotarnos si no las desactivamos a tiempo. Esta sociedad, patas arriba, donde lo bueno es malo y lo malo es lo mejor; con amigos que, salvo excepciones, restan más de lo que aportan, y las amenazas multiplicadas, camufladas, instaladas en los hogares a través de la internet, sin que tengamos herramientas para detectarlas y combatirlas, nos derrotan.

Medidas extremas

Y así, de un mal comportamiento manejable, los jóvenes, como el chico a que hago referencia, pueden pasar a una actitud intolerable, para sus padres, obligados a tomar decisiones dolorosas, impensables cuando tenían entre los brazos a ese bebé que se convirtió, sin mover un dedo para que así fuera, en la luz de sus ojos.

Explotan

Estos niños, que nacieron protegidos, mimados, bien educados y amados en demasía, de repente, se odian a sí mismos, rechazan a sus padres, y destrozan sus vidas, al explotar como bombas que arrasan todo a su paso, la armonía familiar, la paz y los sueños de un futuro hermoso, para ellos, y una vejez tranquila, para quienes le dieron todo. Como dice La Biblia, en Zacarías capítulo 7 versículo 14, “Así convierte una tierra envidiable (el hogar y la vida que les tocó) en una desolación.” Ojalá que esa pesadilla termine y este chico bueno, pero perdido, despierte y yo vuelva a ver la alegría y la paz en el rostro de su entrañable madre.