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SEGUIMIENTO DE JESÚS: CUANDO NO SE HA DEJADO TODO NO SE HA DEJADO NADA

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EVANGELIO DE HOY: 17/8/21 (Mt 19,23-30).

El evangelio de hoy, en sintonía con el de ayer, trata de las posesiones que bloquean e impiden la disposición y actitud sensatas para acoger y entrar en el Reino de Dios. Al mismo tiempo, nos anima a la íntegra desapropiación para que entremos en el Reino, y dejar que el Reino entre en nosotros. En este sentido, llama la atención las expresiones: “Dios lo puede todo”, “lo hemos dejado todo”; el adjetivo indefinido “todo” indica tanto el poder de Dios en nosotros, cuando lo dejamos actuar, así como los resultados de su gracia en nuestras vidas, expresada en nuevas maneras de comprensión y otras categorías de valores. El pasaje nos advierte sobre la sinceridad y honestidad necesarias para no engañarnos en el seguimiento de Jesús; por eso nos dice:

MUCHOS PRIMEROS SERÁN ÚLTIMOS

  • La expresión “muchos primeros serán los últimos” se entiende dentro de la pregunta de los discípulos: ¿quién puede salvarse?
  • Muchos siguen a Jesús porque han escuchado su llamada.
  • Pero le siguen arrastrando cosas: cada uno de nosotros sabrá qué cola le arrastra que necesita desprenderse, cortarse, para no quedarse de último en la fila de la salvación, en la entrada al Reino, a la vida eterna.
  • Viene la imagen del Reino, como si fuese un escenario para una importante función, donde las primeras filas tienen una visión privilegiada, y así sucesivamente se van llenando los asientos. Sólo que el criterio para ocuparlos no se adquiere con taquillas, sino con el fino discernimiento divino, que escudriña los corazones.
  • Los santos lo saben muy bien: el camino hacia la santidad no conlleva el mismo tiempo ni la misma fila para todos iguales. Porque esto es asunto de Gracia divina y de respuesta humana.

MUCHOS ÚLTIMOS SERÁN PRIMEROS

  • Cuando una persona se vacía de sí misma totalmente, entonces totalmente la gracia lo llena. “Sólo se llena lo que está vacío”.
  • Quizás una persona se encuentra con el Señor cuando otras ya tienen muchos “kilómetros” de seguimiento; pero la seriedad de este encuentro le permite una verdadera conversión, una transformación profunda, que le lleva a dejarlo todo por Jesús. Es entonces cuando la sacan de la cola de la fila, donde ella misma se coloca, y le hacen saltarla, la ponen delante, con el precio de la sinceridad del corazón.

Señor: nosotros hemos dejado muchas cosas para seguirte; pero reconocemos que se nos pegan otras por el camino. Entendemos que no se dejan una sola vez, sino que el desapego y la desapropiación son actitudes permanentes. No queremos preocuparnos en ser los primeros, sino en limpiar nuestro corazón totalmente con la fuerza de tu gracia; y que sea tu santo discernimiento que se preocupe del lugar desde el cual contemplaremos tu rostro en la vida eterna. Ayúdanos a ser sinceros, a vivir con las manos y el corazón abiertos. Danos luz de entendimiento para descubrir tu riqueza abundante, que no nos atrapen las chucherías que parecen riquezas.

  1. ¿De qué necesito desapropiarme para seguir a Jesús con mayor honestidad?