No desperdiciar la gracia
2 min readLlama a la atención la Carta del apóstol Pablo a los Corintios (6, 1-10) cuando exhorta a no echar en saco roto la gracia de Dios. Esta exhortación tiene mucha importancia para el cristiano pues guarda relación con el tiempo favorable en que el Señor nos ha escuchado y venido en nuestra ayuda.
Para Dios todo tiempo es favorable y por tanto día de salvación para nosotros. Por esta razón siempre debemos estar abiertos a la gracia que Dios nos ofrece entendiendo que no es una conquista nuestra, sino exclusivamente de él.
De esta manera, habiendo recibido esa gracia siguiendo lo dicho por el apóstol Pablo nunca podemos poner en ridículo nuestro ministerio ni dar a nadie motivo de escándalo.
En todo momento debemos ser coherentes dando ejemplo de que estamos en el mundo sin ser del mundo. Que estamos dispuestos a soportar las pruebas por muy duras que sean, aunque ellas nos traigan enemistades, infortunios, noches sin dormir, pesadumbres y toda suerte de inconformidades.
Desde esa perspectiva, vale la pena recordar lo que recomienda el apóstol: “proceder con limpieza, paciencia, sabiduría y amabilidad, con dones del Espíritu y amor sincero, llevando la palabra de la verdad y la fuerza de Dios”.
Nos recuerda además, que con la “derecha y con la izquierda empuñamos las armas de la justicia, a través de honra y afrenta, de mala y buena forma”.