BUSCAR “SIGNOS” DEL SEÑOR O VIVIR EN SU PRESENCIA
2 min readEVANGELIO DE HOY: 11/10/21 (Lc 11,29-32).
El evangelio de hoy nos cuenta sobre dos acontecimientos del Antiguo Testamento citados por Jesús a la gente que se le apiñaba: uno sobre la reina del Sur (quien se desplazó desde lejos para escuchar a Salomón), y otro sobre las personas de Nínive (quienes se convirtieron con la predicación de Jonás). La indignación de Jesús apunta al contraste de actitudes de los personajes históricos, y la generación a la que Él se dirige.
Tanto la citada reina como los ninivitas no fueron movidos por la curiosidad o por las emociones, sino por una seria búsqueda sapiencial y por una sólida decisión de cambiar de vida. Ellos supieron interpretar los signos y acogerlos como señales de Dios para su propio bien. Sin embargo, la presencia real de Jesús no fue un signo, sino una persona, el Hijo de Dios. La terquedad y la insistencia con que pidieron signos a Jesús, les robó la oportunidad de vivir el acontecimiento real y verdadero.
El texto deja una clara invitación a caminar por la vida con los sentidos despiertos; a ser hombres y mujeres activos en la mirada y en la escucha. Se hace necesario reposar el alma, serenarla, silenciarla, para que el Señor sea acogido con dignidad, y no procurarlo estando en su misma presencia.
Señor: queremos que nos ayudes a superar cualquier indicio de curiosidad y búsquedas superficiales. Ayúdanos a desplazarnos sin escatimar esfuerzos para reciclarnos en ti. Enséñanos a detenernos para gustar, dialogar, comprender tus designios en nuestras vidas. Deseamos tener oídos bien afinados para escuchar tu mensaje y vivir en conversión permanente. No te pedimos signos Señor; deseamos ser una generación sabia y aprovechar el tiempo contigo.
- ¿Qué busco cuando “busco” a Jesús?
- ¿En qué etapa estoy: buscando signos o disfrutando de su presencia?
- ¿Voy comprendiendo, por gracia, la acción del Espíritu en la historia y en mi vida?