Vie. Jul 26th, 2024

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ES URGENTE APROVECHAR:
EL TIEMPO DE DIOS, EL TIEMPO CON DIOS

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EVANGELIO DE HOY: 22/10/21 (Lc 12,54-59).

El evangelio de hoy nos muestra el empeño de Jesús por abrirle los ojos de la fe y del entendimiento a la gente; busca despertarles para que, de la misma manera en que saben interpretar “los aspectos” de la tierra y del cielo, interpreten también el tiempo presente. Meditemos:

MIRADAS DETENIDAS EN ASPECTOS EXTERIORES

Llama la atención el término “aspecto”, vinculado a la apariencia que se observa de los elementos naturales circundantes. A esto se refiere Jesús cuando dice que la gente sabe cuándo va a llover o cuándo hará calor para, con certeza, tomar medidas. Pero ¿por qué no dar el salto a aplicar la misma metodología para las cosas del Espíritu? Ciertamente, aprender a leer compromete. Saber interpretar lleva al movimiento y a la toma de decisiones. Sería más cómodo pasar la vida descifrando apariencias, pero al ser humano le han dado una inteligencia sapiencial para que trascienda y pueda sintonizar con las señales que Dios le manda, y así entrar en diálogo comprometido. Jesús no nos quiere parqueados y entretenidos en fachadas exteriores, sino que nos empuja hacia su hondura salvífica.

INTERPRETAR EL TIEMPO PRESENTE

El tiempo, en el sentido aquí tratado, no se refiere al marcado por un reloj según las horas del día. Se trata del kairós, que significa: “tiempo apropiado”, “ocasión propicia”, “momento de decisión”, “oportunidad decisiva”, “tiempo de Dios”, “tiempo de salvación”. El tiempo presente remite a la llegada de Jesús mismo; no un signo, sino el Hijo de Dios en persona.

Si no se sabe interpretar el “tiempo”, menos se podría tomar postura o decisión sobre lo que se debe hacer. Como consecuencia, se desaprovecha el tiempo, se desparrama, se desperdicia; pasa y se pierde la oportunidad de gracia por pura distracciones transitorias.

Señor: queremos pedirte perdón, porque la verdad, sabemos que estamos “a tiempo”; es el momento decisivo para tomar decisiones determinantes que encaminen nuestras vidas hacia ti. Tu tiempo se alarga pacientemente esperando que despertemos. Remueve con tu Santo Espíritu nuestra voluntad. No queremos hacernos los ciegos, ayúdanos a comprometernos desde la conciencia que nos habla continuamente. Si nos insistes tanto, Señor, por qué no hacerte caso de una vez. Aquí estamos, con un poco de vergüenza por hacernos rogar. Tomamos prestadas las palabras del salmista para decirte: “Enséñanos a gustar y a comprender, porque confiamos en tu Palabra”.

  1. ¿Estoy sabiendo interpretar lo que Dios me dice en este momento de mi vida?
  2. ¿Identifico el tiempo de Dios para emprender decisiones tomadas?
  3. ¿Vivo el día a día como tiempo de gracia, tiempo favorable; interpreto las huellas de Dios en todas las cosas?