La soledad y el camino del corazón

Henri J. M. Nouwen en El camino del corazón (Ma­drid: Narcea, 1986) con­juga la soledad, el silen­cio y la oración, en una espiritualidad que parece desafiar la oscuridad de los poderes del mal, más descaradamente visibles que en otros tiempos, en la que los hijos de Dios pa­recen estar siendo tentados con más se­veridad que nunca.

Expresa Nouwen, que es difícil caer en la cuenta de las dificultades que presenta esta dolorosa etapa de nuestra historia a aque­llos que están viviendo su fe asumiendo el compromiso cristiano de hacer brillar la luz en las tinieblas.

¿Cómo enfrentar este ambiente gene­ral de letargo en muchos cristianos? Reco­mienda Nouwen, acudir a una fuente que por llaneza, simplicidad y concreción pue­de conducir sin tomar atajos al núcleo de lo que se está viviendo, se trata de los Apo­phthegmata Pattrum, esto es los Dichos de los Padres del Desierto que vivieron su es­piritualidad en el desierto de Egipto duran­te los siglos IV y V.

Se trata, de huir, guardar silencio y orar, que resume esa espiritualidad del desierto en tres formas, que en función de guía evi­tan que el mundo nos configure a su ima­gen, esto es, tres formas de vida en el Es­píritu.