Vie. Abr 26th, 2024

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Jesús y María, en el barrio

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“¿Qué haría Jesús?”, le pregunta Cuca, uno de los personajes del musical “In the Heights”, a Daniela, su jefa en el salón de belleza donde trabajan. Daniela, interpretada, en la puesta en escena local, por Diomary la Mala, responde: “¿Yo me parezco a Jesús?”, el público ríe a carcajadas. Así, a través de la trama, sobre la idiosincrasia, la cultural, los dolores y amores de los latinos en el barrio más emblemático de la dominicanidad en Nueva York, “Washington Heights”, por momentos, aparece la fe, un elemento insoslayable de nuestra cultura, cubierta por un tinte gracioso, anecdótico. A su vez, en los diálogos y canciones con un abordaje más serio, resulta difusa.

Fe sin nombre 

En los momentos dramáticos, tejidos alrededor de la abuela Claudia, una emigrante cubana que funciona como la madre de todos en el barrio, a cargo de Adalgisa Pantaleón, aunque su filosofía de vida se sustenta en la frase “paciencia y fe”, resulta extraño que no menciona a Jesús ni a la virgen, su fe no tiene nombres. 

¿Omisión intencional? 

Llama la atención porque, en todo lo demás, este musical nos retrata con una gran belleza y acierto. Por lo que me pregunto si Lin-Manuel Miranda y Quiara Alegría Hudes, ambos de raíces puertorriqueñas, creadores de esta obra,  decidieron eludir las referencias directas a la adhesión a la cristiandad que compartimos muchos pueblos latinos. Porque nosotros representamos uno de los bastiones del cristianismo en el mundo, eso, guste o no, es así, forma parte de lo que somos, si alguna vez cambia, Dios permita que no, habrá que decirlo, pero mientras sea de esa manera, también, valdría la pena registrarlo.

Llegaron acompañados

Entre los miembros de nuestra comunidad en Nueva York, la fe no pesa menos que de este lado, por el contrario, para muchos, es lo único que tienen. Nuestros emigrantes llegan a Estados Unidos cargando sus imágenes de la virgen de Guadalupe, los mexicanos; de la Caridad del Cobre, los cubanos; de la Divina Providencia, los boricuas y de la Altagracia, los dominicanos. Y su ausencia se nota en ese musical que nosotros tenemos el privilegio de ver interpretado por nuestros talentosos artistas. 

Ellos también 

Amauri Sánchez y Waddys Jaquez han logrado un trabajo excelente que debemos apoyar y aplaudir, así como el logrado por todos los actores y cantantes, jóvenes y veteranos, en escena. La música, los, sueños, la nostalgia, la picardía, las palabras, la alegría, el ritmo, el sabor y el humor, son los nuestros, sin ninguna duda, “In the Heights”, nos retrata. Pero en la fe, sin el amor y la reverencia que profesamos a Jesús, y sin María, no somos nosotros. Lo pensé al ver la película y, ahora, al disfrutar el musical, decidí expresarlo. En nuestra cultura, Cristo es mucho más que un chiste, y yo creo que Lin-Manuel Miranda y Quiara Alegría Hudes, con lo mucho que demuestran conocer sus raíces, lo saben. Ellos no ignoran que, junto a los latinos, Jesús y María, también, viven “En el Barrio”.