Vie. Abr 26th, 2024

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ENCENDIDOS POR CRISTO PARA ILUMINAR.

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EVANGELIO DE HOY: 19/9/22 (Lc 8,16-18).

El pasaje de este día comienza diciendo: “Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama”. Nosotros, los bautizados, somos ese candil. El Señor nos ha recuperado con un fino propósito. Sin Él estamos apagados. Él es el Sol; es resplandor que brota del Padre. Si el candil está distante nada puede hacerse; para que se encienda, ha de estar en las manos de Cristo. Todo lo que está próximo a Jesús no le queda otra cosa que calentarse e incendiarse.

Hoy se nos dice para qué fuimos encendidos. Es lógica y es fe. Nos encendió el Señor, no para estar tímidamente arrinconados. Ni para tener miedo de hablar. No nos han dado fuego para que en vano se consuma. Si usted está ardiendo en el fuego del Espíritu no le queda otra cosa que prender los corazones apagados. Hay que salir de “abajo de la cama”; pregúntese con sinceridad, si ya ha salido o si aún necesita un empujoncito en fe para hacerlo.
El Señor nos ha dejado claro que “somos luz del mundo” (Cf. Mt 5,14-16). Somos luz, en la medida en que estamos unidos a Él que es “La Luz”. Jesús nos da participación en su hoguera; no quiere iluminar solo. Por eso dice: “el candil se pone en el candelero para los entren tengan luz”. No hay un proyecto de vida más hermoso que ser “vela encendida” para los demás, librándolos a todos de los tropezones, de la ceguera, y contagiándolos de la santa claridad…

“Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público”. “Ser luz”, significa vivir en transparencia. La transparencia quita el temor. Usted, así, no se preocupa por “tapar”, sino por iluminar. El pasaje nos llama a vivir en la verdad y la autenticidad. Cuando nos acercamos a la luz nos volvemos luz. No seamos, en esta vida, como esos armarios cerrados, de muchas gavetas impenetrables; ya con moho de nunca abrirse. El Señor nos quiere libres. La libertad y la transparencia son pilares esenciales en la fe comprometida.

“Al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener”. Al que tenga luz de Cristo se le dará más, para que siga iluminando. Pero quien considere que tiene luz, pero no ilumina, hasta eso que cree tener en su imaginación, se lo quitarán.

Señor: aquí estamos bien dispuestos a dejarnos encender por ti. Gracias por enviarnos, en tu fuego, a ser luz del mundo.

1. ¿Cómo está la “vela” de mi fe: medio apagada, vacilante, firme?
2. ¿Soy candil encendido, o estoy como un candil arrinconado?
3. ¿Mi fe está iluminando desde el candelero, o debo salir de debajo de la cama?