Vie. May 3rd, 2024

ApmPrensa

Agencia de Prensa APM

CONFIANZA PARA INSISTIR  Y PERSEVERAR EN LA ORACIÓN.

3 min read

EVANGELIO DE HOY: 6/10/22 (Lc 11,5-13). 

Se nos presenta una hermosa parábola que apunta hacia la importancia de la insistencia en la oración. El relato está inmediatamente después de la oración del Padrenuestro. Hay una secuencia significativa, porque la imagen de Dios como Padre evoca la confianza de un amigo bueno, del cual sólo pueden salir cosas buenas.
 
Meditemos algunos detalles: “Si alguno de ustedes tiene un amigo y viene a medianoche para decirle: Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”. En la vida de oración, Dios no tiene horario para recibirnos. Jesús nos está diciendo: toquen a cualquier hora. No tengan pena, se les abrirá. Uno llega a la puerta del Padre sin nada para darles a los otros. “No tiene nada para ofrecer”, por eso pide.

Hay un contraste entre nuestra pobreza y su riqueza. De Dios no recibiremos un “no me molestes, que estoy acostado”. En la oración nos acercamos a Él, sabiendo que en su casa hay abundancia; mucho más de lo que nos imaginamos. Toquemos!
 
En la parábola, quien llega a medianoche, no anda buscando pan para sí mismo, sino para alguien que ha llegado y tiene hambre. Esto recuerda la responsabilidad de orar por la gente que se nos acerca para pedir oración. Con certeza, a Dios se le ablandan las entrañas cuando nos ve olvidándonos de nuestras necesidades para darle primacía a los demás. ¡Pedir pan para los otros! esto es santidad.
 
Es necesario preguntarnos, en nuestra vida de oración, a qué nos estamos levantando, qué estamos pidiendo, dónde estamos buscando, a quién estamos llamando. Pues otro detalle de la parábola es el fino discernimiento con el cual se presenta a nuestro Padre Dios, Él sólo sabe dar cosas buenas.  
 
El texto nos da la clave de las cosas buenas que piden los hijos y las hijas, para enseñarnos a nosotros. Piden: “pan”, “pez”, “huevo”. Los dos primeros son la imagen de Cristo, y el tercer elemento es imagen de vida. De Dios nunca vendrán “piedra” (que no alimenta), “serpiente” (maldad), “escorpión” (veneno). Siendo nosotros su imagen y semejanza, sus representantes, estamos llamados también a dar lo mejor a quien llegue tocando nuestras puertas. ¿Qué estamos dando?
 
Señor: gracias por ayudarnos a comprender todavía más la relación de confianza que hemos de tener con Dios. Danos la gracia de adentrarnos en el misterio de la palabra “Padre”. Que tu Santo Espíritu nos asista para saber tener actitudes de hijos e hijas que han hecho de sus vidas una constante y perseverante oración.
 
1. ¿En qué estoy insistiendo en la oración? ¿Esta insistencia tiene que ver con Cristo, con el don de la vida?
2. ¿Qué hago con todos los pedidos de oración que me hacen las personas?
3. ¿Qué estoy dando de mí a los demás cuando se me acercan necesitados?