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PERMANECER EN SANTIDAD: ALGUNAS CONDICIONES.

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LECTURAS DE HOY: 9/9/23 (Col 1,21-23; Sal 53; Lc 6,1-5).

Pablo, escribiendo a los Colosenses, nos actualiza, también a nosotros, algunas condiciones para permanecer en santidad. En una lectura atenta y orante del pasaje las identificamos:
 
El apóstol parte de un antes y un después en la vida cristiana. Él suele hacer referencia a la oscuridad de la vida sin Cristo, reflejado tanto en el pensamiento como en las acciones. Quien busca perseverar en el camino de santidad, desde lo cotidiano, pone nombre a pensamientos y acciones que no reflejan la luz del Señor, para distanciarse, y no desviarse de Él. ¿Tú puedes hacer lo mismo?
 
Quien desea la consistencia en el camino de santidad, busca ahondar, cada vez más, en quién es Cristo. El evangelio, de forma privilegiada, nos da acceso a dicho acercamiento. En cada línea nos revela todo lo que Él tuvo que padecer para reconciliarnos con Dios. Esta reconciliación, a precio de sangre, es la puerta de entrada para vivir en santidad. ¿Dedicas tiempo para profundizar en lo que el Señor ha hecho por ti, por mí, por la humanidad y la creación?
 
No basta con saber que el Señor nos ha reconciliado, es necesario “permanecer cimentados y estables en la fe, e inmovibles en la esperanza”. Cuando usted se dispone a corresponder al Señor, muchos vientos vienen en contra. Uno pierde la memoria con facilidad si no está atento y vigilante. Se nos pide darle mantenimiento a esa reconciliación, a la pureza del bautismo. ¿Qué haces tú por Jesús? ¿Cuáles actitudes, acciones y mediaciones te ayudan a permanecer en Él?
 
Cuando el apóstol nos dice que “fui nombrado su ministro”, nos hace referencia a la vida y a la organización comunitaria. Alude al respaldo que hemos de tener unos por los otros para acompañarnos y mantenernos en este camino de santidad. No hay santidad en el aislamiento, tampoco en la desobediencia. Comunión y obediencia, desde la verdad de Cristo, son pilares indispensables para perseverar en la santidad donde el Señor nos ha soñado, por la cual nos ha unido a Él. ¿Cómo está tu comunidad, tu comunión, tu obediencia?
 
El Salmo nos hace orar al decirnos que, para caminar santamente, el auxilio nos viene del Señor. No se trata de que seamos superhéroes, sino persona común y corriente, con la plena confianza de que el Señor sostiene nuestras vidas. La santidad es voluntad de permanecer unido a Cristo, deseos profundos de corresponder a su amor y a su causa; y a ejemplo de los discípulos, caminar siempre con Él, en Él, por Él.