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Origen de la Imagen y devoción Altagraciana

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21 de enero día de la Altagracia

Nuestra Señora de la Altagracia.

La Imagen de la Altagracia (óleo sobre lienzo de fines del siglo xv o a comienzos del siglo xv ) y la villa de Salvaleón de Higuey están unidos casi desde la fundación de ésta hacia 1506.

También en la ciudad de Santo Domingo el culto y la devoción a la Altagracia es muy antiguo. Algunos historiadores opinan que la capilla de la Altagracia, ligada al hospital de San Nicolás de Bari, primero de la Isla del Nuevo Mundo, del que se conservan algunas ruinas en la calle Hostos de la capital, se remonta a los primeros años de la colonia, a la misma época de la Altagracia de Higuey.

En la memoria de los higueyanos se conserva la tradición de que el Santuario Viejo está construido donde estuvo plantado el naranjo, en el que apareció la Virgen. Detrás del templo hay un lugar donde se encuentra un naranjo. Cuando se secaba uno se sembraba el otro.

En un documento de 1650, escrito por el canónigo dominicano Jerónimo de Alcocer, se dice que es sabido por todos que la Imagen fue llevada a Higuey por los hermanos Antonio y Alonso Trejo. Este documento fue encontrado en la Biblioteca Nacional de Madrid por el historiador Emilio Rodríguez Demorizi y publicado por él, en el 1942. El pueblo dominicano había perdido la conciencia de la relación de los Trejo con la Altagracia.

Virgen-de-la-Altagracia.jpgEn la memoria de los dominicanos una narración que se llama generalmente “la leyenda de la Altagracia”. Imagen de la Altagracia le fue dada por un anciano, de manera casi milagrosa, a un padre para su hija, que le había pedido se la trajera de la Capital. La Imagen desapareció de la casa y se apareció en un naranjo. La retomaron a la casa, pero el hecho se repitió varias veces: desaparición de la casa y aparición en el naranjo.

La gente interpretó este acontecimiento como un deseo de la Virgen para que se le colocara en la ermita parroquial; y así se hizo. Al ir aumentando el número de peregrinos visitantes, se construyó un templo más grande, consagrado en 1572 (el llamado Santuario Antiguo) y luego la actual Basílica inaugurada en 1971 y consagrada en 1972.

La primera versión escrita que conservamos de la leyenda es de 1698. Este documento tampoco se conocía. Fue encontrado por el Lic. Bernardo Vega en los archivos del Museo Británico y hecho público por el en 1985. Las otras versiones escritas, recogidas de la tradición oral, son de principio de este siglo; entre ellas se pueden notar las de Rafael Deligne Juan Elías Moscoso. También Mons. Juan Felíx Pepén, nativo de Higuey y su primer obispo, la relata en su libro “Donde floreció el naranjo”.

La historia de los Trejo y la narración del anciano, el padre y la hija parecen contradecirse. ¿Cuál de ellas es la verdadera? Juntándolas las dos podemos encontrar la verdad completa.

La historia de los Trejo aparece, aparece a todas luces, lógica: ellos vienen de Extremadura; allí es popular la Altagracia; se sabe que al dejar la patria cada uno lleva consigo la devoción popular de su región; estos dos hermanos se establecieron en el Higuey de la Isla Española; allí llevaron la imagen de su devoción, la Altagracia.

Así en la narración popular de la Altagracia aparece el dato de su aparición en un naranjo. Detrás de la devoción altagraciana hay, pues, un hecho extraordinario que se va a expresar y a multiplicar en muchos y variados milagros a lo largo de toda la isla y toda la historia de los dominicanos. Todos los días llegan a la Basílica testimonios de estas acciones divinas extraordinarias.

Son tantas que casi se han hecho normales y tal vez por ser muchas, la mayoría no se anotan.

La Altagracia de Higuey es, por tanto, una Imagen marcada por algo fuera de lo común, histórica y realmente milagrosa. Es la experiencia de todo un pueblo. La historia de los Trejo no explica este origen; la leyenda sí.

P. Jorge Nelson Mariñez Tapia.
Fuentes: Monseñor Ramón de la Rosa y Carpio (Tercer Obispo de la Diócesis de la Altagracia, Higüey).