DOMINGO DE LA ALEGRÍA

Hoy celebramos el tercer domingo de Adviento o (Gaudate)

Y todas las lecturas están llenas de la alegría de la espera del Señor de Señores que ya está a las puertas, y ya viene.

La lectura del Libro de Isaías desborda de gozo con el Señor y es preciosa: “…El Señor me ha ungido para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor… Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.”

El Salmo está tomado de San Lucas 1, 46-54 y son las palabras de la Santísima Virgen cuando es visitada por el ángel para decirle que será madre: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones…. Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación a generación.”

Y qué decir de la Primera Lectura tomada de la carta de San Pablo a los Tesalonicenses, que está llena de alegría, y nos pide orar siempre al Señor en toda ocasión: No apaguen el espíritu, no desprecien el don de la profecía; sino examínenlo todo, quedándose con lo bueno. Guárdense de toda forma de maldad… El que les ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas. 

El Evangelio es precioso: Es según San Juan en el cap. 1, 6-8, cuando dice: “Yo soy la voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías… Yo soy Juan yo bautizo con agua; en medio de ustedes hay uno que no conocen y que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.” Amén.