“ALEGRATE, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR ESTA CONTIGO”
2 min readEste Evangelio Según San Lucas 1, (26-38) con el anuncio del ángel a María, del que ella no entendía nada de lo que el ángel le decía, “celebramos el cuarto y último domingo del tiempo de Adviento y la liturgia quiere prepararnos para la Navidad que ya está a la puerta invitándonos a meditar el relato del anuncio del ángel a María.
El Arcángel Gabriel revela a la Virgen la voluntad del Señor de que ella se convierta en la madre de su Hijo Unigénito: Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo.”
Con la docilidad con que ella acoge este anuncio, “captemos dos aspectos esenciales de su actitud, que es para nosotros modelo de cómo prepararnos para la Navidad. Ante todo, su actitud de fe, que consiste en escuchar la Palabra de Dios, para abandonarse a esa Palabra con plena disponibilidad de mente y de corazón. Al responder al Angel, María dijo: “He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu Palabra”.
En su heme aquí lleno de fe, María no sabe por cuales caminos tendrá que arriesgarse, qué dolores tendrá que sufrir, que riesgos afrontar. Pero es consciente de que es el Señor quien se lo pide y ella se fía totalmente de El, se abandona a su amor. Esta es la fe de María.
Otro aspecto es la capacidad de la Madre de Cristo de reconocer el tiempo de Dios. María es aquella que hizo posible la encarnación del Hijo de Dios, la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos.
Hizo posible la encarnación del Verbo gracias precisamente a su Sí humilde y valiente.” (tomado de Rayo de Luz)
Esos momentos de María nos ayudan a captar el momento en que Jesús pasa por nuestra vida y nos pide una respuesta de disponibilidad y generosidad, y se realiza, como acontecimiento espiritual y lo vemos en la liturgia de hoy.
Cada uno de nosotros debemos ponernos como María a la disposición del Señor para lo que El desea de nosotros en los momentos precisos. No quisiera dejarlo pasar cuando El pase por mi puerta y la toque y yo no oiga cuando el Señor me llama.
Señor, haz de mí lo que tú quieras, lo que sea para que yo pueda ser más y mejor, para poder ser luz en medio de tanta oscuridad que vive nuestro mundo. Que tu nacimiento nos traiga la luz de tu presencia en el mundo. Amén!