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Domingo de la Sagrada Familia

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Hoy estamos celebrando el último domingo del año 2020. Un año que ha sido de verdad un poco extraño. Nos ha invadido un virus que se volvió Pandemia, como el que hace ya más de 100 años, habíamos tenido. Muchas familias han perdido alguno de sus miembros. Los hospitales están llenos de enfermos del virus y las iglesias han tenido algunas que cerrar, y solo quedan las farmacias, y algunos negocios que tengan que ver con la salud.

Nunca nos imaginábamos que íbamos a estar viviendo algo como esto. Encerrados en las casas, a un pueblo que le encanta “la calle”. Ya algunos países han abierto sus puertas y las han tenido que volver a cerrar porque una cepa mucho más fuerte ha aparecido.

Las familias han tenido que hacer “malabares”, para poder mantener a todos sus miembros encerrados. Pero es la única forma de vivir fuera del alcance de este virus.

Quizás en estos momentos las lecturas de hoy nos vienen de maravilla: “El que teme al Señor honrará a sus padres” (Eclesiastico 3, 2-6. 12-14) Y tiene mucho que ver con  la Familia.

“Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. Tu mujer como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sion, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.” Es un Salmo precioso que muchas personas lo utilizan en sus bodas.

La Segunda Lectura es también preciosa: “Como elegidos de Dios, santos y amados, vístanse de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellévense mutuamente y perdónense, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor les ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en su corazón; a ella han sido convocados, en un solo cuerpo. Y sean agradecidos.

La Palabra de Cristo habite entre ustedes en toda su riqueza; enséñense unos a otros con toda sabiduría; corríjanse mutuamente. Canten a Dios, denle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicen, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de El.

Mujeres, vivan bajo la autoridad de sus maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amen a sus mujeres, y no sean ásperos con ellas. Hijos, obedezcan a sus padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que pierdan los ánimos.”

Es un verdadero manjar para la familia, estas lecturas de las Escrituras que se tratan el día de hoy. Que el Señor nos ayude a vivir en nuestras familias lo que el Señor nos ha mandado a hacer. Amén!