“Curó a muchos enfermos de diversos males”
3 min readCardenal Nicolás De Jesús López Rodríguez
V Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo B
7 de febrero de 2021
a) Del libro de Job 7, 1-4.6-7.
Este libro, que es llamado el canto a nuestra miserable existencia, sin lugar a duda, es una hermosa joya literaria, trata de forma amplia y profunda el tema del sufrimiento, que siempre ha sido punto de debate en todas las épocas. Y en esta primera lectura nos encontramos con el drama de Job. Quien declara por propia experiencia que la vida está sometida sobre todo a la ley del dolor. No hay en este mundo felicidad, y, por tanto, es inútil hacerse vanas ilusiones. Su caso no es más que uno de tantos de la miserable vida humana. Las argumentaciones son elocuentes; y llenas de vigor. El pensamiento de Job: parece ser que los días del hombre van más aprisa que la lanzadera, y así, los días no llegan a tiempo para hacer el tejido normal. Su vida, pues, ha quedado tronchada y sin rematar. Si leemos este libro despacio podremos encontrar respuesta a muchas preguntas que nos inquietan, pues solo Dios nos brinda la clave para entender el sufrimiento.
b) De la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 9, 16-19.22-23.
La predicación de San Pablo provocaba celos y polémicas; es un judío converso, caracterizado por su fanatismo, así que muchos nunca entendieron esa transformación y por eso lo adversaban sistemáticamente, pero él se sentía tranquilo, aunque acosado por quienes no querían aceptar su predicación tan viva y convincente.
Manifiesta a los Corintos que: “Anunciar la Buena Noticia no es para mí motivo de orgullo sino una obligación a la que no puedo renunciar. ¡Ay de mí si no anuncio la Buena Noticia!” … “me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles, me he hecho todo a todos, para ganar sea como sea, a algunos”. ¡Cuánto nos enseña el gran Apóstol con su espectacular conversión!
c) Del Evangelio de San Marcos 1, 29-39.
San Marcos relata varias curaciones entre las que aparece la suegra de Pedro. Dice el evangelista que Jesús “se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles” (v. 30). Los comentaristas de este pasaje dicen que la suegra de Pedro simboliza la situación de exclusión que sufrían las mujeres ancianas y enfermas. Jesús, como en otras ocasiones similares, se sobrepone a los prejuicios de la época y le concede el favor de la curación a la suegra de Pedro y la reintegra al servicio.
Siguiendo con el texto del Evangelio, dice: “Al atardecer, cuando se puso el sol, le llevaron toda clase de enfermos y endemoniados, toda la población se agolpaba a la puerta” (v. 32). Podemos imaginarnos el entusiasmo de aquella pobre gente muy marginada, que no contaba con elementales servicios de salud, al ver a Jesús que los maravillaba con una predicación inédita y acreditaba esas bellas catequesis con los milagros que la acompañaban.
El evangelista concluye diciendo: “Muy de madrugada se levantó, salió y se dirigió a un lugar despoblado, donde estuvo orando. Simón y sus compañeros salieron tras él y cuando lo alcanzaron, le dijeron: Todos te están buscando. Les respondió: Vámonos de aquí a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues a eso he venido. Y fue predicando en las sinagogas de toda Galilea y expulsando demonios” (vv. 35-38). Jesús combinaba su predicación, con los milagros que la acompañaban y largos ratos de oración. Era la forma de contar a su Padre Dios cómo la gente le acogía, cómo les enseñaba y la reacción de ellos demostrándoles gratitud, por eso le seguían llenos de alegría.
Fuente: Luis Alonso Schökel: La Biblia de Nuestro Pueblo.
B. Caballero: En las Fuentes de la Palabra.