Vie. Mar 29th, 2024

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ESTA CERCA EL REINO DE DIOS: CONVIERTANSE Y CREAN EN EL EVANGELIO.

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Ya llega la Cuaresma, el pasado miércoles fue el de Ceniza, y prometimos al Señor que íbamos a tratar de cambiar nuestras actitudes para ser mejores personas.

Estamos celebrando el primer domingo de Cuaresma. 40 días para aprender a amar como El nos amó; 40 días para aprender a respetar los derechos de los demás; 40 días para rescatar a la familia de los intereses de los extraños; 40 días para comenzar a crear conciencia como nos dice la Primera carta a Timoteo en el cap. 1, verso 5: “Ciertamente para tener “una conciencia recta”, el hombre debe buscar la verdad y debe juzgar según esa misma verdad.

Como dice el apóstol Pablo, la conciencia debe estar iluminada por el Espíritu Santo, ser “pura”, no debe “con astucia falsear la Palabra de Dios sino “manifestar claramente la verdad. “No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.” (Romanos 12, 2)

El Evangelio de hoy es claro. Jesús se dejaba tentar en el desierto esos 40 días que estuvo en ayuno, oración y penitencia, para enseñarnos con su ejemplo a vencerlas. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios, pidiéndoles que se convirtieran y creyeran en el Evangelio.

“En la tradición bíblica, el desierto es lugar de prueba (Dt 8, 2-6) pero también  es el ámbito privilegiado para el encuentro con Dios (Os 2, 16). A ese lugar, Jesús fue “empujado” por el Espíritu Santo. Ese mismo Espíritu que expulsó del paraíso hacía el desierto al primer Adán, empuja al segundo Adán hacía el lugar exacto en el que redimirá al ser humano que sucumbió, conduciéndole de regreso hacía el paraíso.

Los 40 días de Jesús en el desierto redimen los 40 años de Israel en su travesía por el desierto hacía la Tierra Prometida. El pueblo judío sucumbió ante la tentación; Jesús, al contrario, vence al maligno.” (Tomado en parte de Rayo de Luz).

Vamos nosotros a aprovechar esta Cuaresma para reflexionar en lo que hemos hecho durante este año con nuestra vida y ver qué podemos hacer para cambiar

Nuestras debilidades en fortalezas. Vencer al tentador y caminar victoriosos hacía la Pascua con El y con El resucitar. Amén!