Vie. Oct 4th, 2024

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CREER, CONOCER, AMAR Y OBEDECER: ALGUNOS ELEMENTOS PARA NACER DE NUEVO.

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EVANGELIO DE HOY: 13/4/21 (Jn 3,5a.7b-15).

El evangelio hoy retoma la conversación entre Nicodemo y Jesús. Inicia hablando del «viento». En el texto griego se muestra este concepto como «pneuma», traducido por «soplo», «aliento», «espíritu»…

Las características del «viento» son atribuibles al Espíritu de Dios: es libre, auténtico, se filtra, penetra, desempolva, remueve, aletea, se deja sentir, pero es incontrolable, no se empuña, ni se manipula… tiene propósito y dirección, de ahí que, para entrar en su dinámica se hace necesario:

«NACER DE NUEVO».

Consideremos algunos elementos de este nuevo nacimiento:

1. CREER en Aquel que ha bajado del cielo. Jesús habla y da testimonio de lo vivido, visto, asimilado… trae la novedad del Espíritu, que escapa al intelecto humano. Por eso, Nicodemo, maestro de Israel, que no es poca cosa, no sabe nada. No puede responder. No entiende. Se le exige, nacer de nuevo, para que su corazón tierno, sea flexible, acoja y crea.

2. CONOCER: el conocimiento de las cosas del cielo comienza con la humildad de saberse discípulo, luego de haber sido reconocido como maestro; sintiendo gusto por ser aprendiz, con un solo Maestro y un solo Magisterio. Nicodemo conocía mucho, poco sobre la sabiduría de Jesús. Dejarse enseñar por Él, es nacer de nuevo.

3. AMAR a Jesús, y mientras más amado más conocido… y mientras más conocido, más amado. No se puede nacer de nuevo sin disposición ni voluntad de, no sólo verle, sino entrar en Él, entrar en su Reino. Buscarle de día y de noche, apasionadamente, es garantía del nuevo nacimiento.

4. OBEDERCER: de nada sirve creerle, conocerle y amarle, sin disposición a obedecerle. O sea, a dejarse conducir por su Espíritu. Entrar en la dinámica del Viento divino. Observe que hay un morir a uno mismo. Un morir que exige «parquearse» personal y comunitariamente, para discernir, «de dónde viene y a dónde lleva» ese silbido del cielo que se deja oír en la tierra, en la sociedad, en la naturaleza, en la Iglesia, la familia, la vida misma de cada uno.

Quien cree en Jesús, busca entrar en Él, le ama, se deja aconsejar, obedecer y gobernar por su Espíritu, ya ha nacido de nuevo. ¡Feliz Nacimiento!

Señor: nosotros no queremos gobernarnos. Elévanos en ti para creer y gocemos contigo de la vida eterna.

☆¿En qué proceso estoy de mi nuevo y renovado nacimiento?

Comentarios de la Hermana Ángela Cabrera