“Soy el Buen Pastor y doy mi vida por las ovejas”
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Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez
25 de abril de 2021
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 8-12.
Estos versos hacen referencia a la curación del paralítico en la puerta del Templo de Jerusalén, milagro que desconcertó a los ancianos y líderes del pueblo. Los Apóstoles reciben valor y palabras para ser testigos de Jesús ante aquellos hombres que pensaban haber exterminado al Maestro, pero era entonces cuando comenzaba la consolidación del nombre de Jesús, por cuyo poder se presentaba éste sano ante ellos, como los confrontó, Pedro lleno del Espíritu Santo. Jesús es la “piedra angular”, desechada por los arquitectos, el que da consistencia a nuestra vida, nadie va al Padre sino por Él, sólo a través de Él se obtiene la salvación y el perdón de los pecados.
De la primera carta del apóstol San Juan 3, 1-2.
Esta carta gira en torno a la fe en la encarnación del Hijo de Dios y el amor al prójimo, por eso insiste San Juan en que es imposible conocer a Dios como Padre si no se reconoce a Jesucristo como su Hijo; es imposible amar a Dios si no se ama al prójimo. Y así, confesar a Jesús como Hijo de Dios es entrar en comunión con Él, participar de su vida divina, compartir su amor incondicional por todos.
El Apóstol San Juan dice que el cristiano conforme va madurando en su fe, llega a la certeza que el amor es lo único que cuenta. Todos los mandamientos son expresión del amor. El amor no consiste en palabras; “obras son amores…” Hay que salir al paso de los necesitados acercándose a ellos. El que se esfuerza sinceramente por amar según el ejemplo de Jesús, no debe temer el juicio de Dios, especialmente si tiene la humildad de verse como necesitado de perdón.
3. Del Evangelio de San Juan 10, 11-18.
En este pasaje evangélico Jesús se identifica con la imagen del pastor: es el Buen Pastor (vv. 11-18); Pastor único de un solo rebaño (v.16); Pastor que da su vida por las ovejas (vv.15b.17-18).
Jesús es el Buen Pastor, verdadero, auténtico, modelo y único; se diferencia del mercenario porque está dispuesto a dar la vida por sus ovejas en el momento del peligro. Este es el mejor aval del Pastoreo de Jesús. Es también la máxima diferencia y contraste: el buen Pastor da la vida por sus ovejas, el mercenario ni siquiera la expone; el asalariado que no es pastor ni dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa. Y, además, porque conoce a sus ovejas, crea comunión de vida, relación personal, activa, amorosa y recíproca y es conocido por ellas.
La apertura misionera del Buen Pastor: “Tengo además otras ovejas que no son de este redil: también a ésas las tengo que traer y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo Pastor” (16), refleja aquí la posterior comprensión que la comunidad cristiana tuvo de este tema insinuado por Jesús, es decir, la apertura de los primeros cristianos a los gentiles.
Este IV Domingo de Pascua se celebra la Fiesta del Buen Pastor y la 58º Jornada de Oración por las Vocaciones. Oremos para que el Señor suscite auténticas vocaciones para servir en su viña, con ilusión y fidelidad.
Fuente: Luis Alonso Schökel: La Biblia de Nuestro Pueblo.
B. Caballero. En las fuentes de la Palabra.