Sáb. Abr 20th, 2024

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LLAMADOS A PERMANECER EN CRISTO

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LECTURAS DE HOY: 2/5/21 (Hch 9,26-31; Sal 21; 1Jn 3,18-24; Jn 15,1-8).

Las lecturas de este domingo enfatizan la acción de «permanecer». En el evangelio, el verbo, aparece siete veces; del griego (meno), pudiendo tener el sentido de «quedarse», «mantenerse firme», «aguardar», «esperar»… A partir de esta insistente exhortación del Señor, pueden distinguirse dos dimensiones: una de «gracia» asumida por Cristo, quien pide a los discípulos «permanecer»; y otra de «tarea», que ha de ser asumida por los propios discípulos. Meditemos:

CRISTO INVITA A LA GRACIA DE PERMANECER EN ÉL. Y ASUME RESPONSABLEMENTE:

1. Ser la Vid, inseparablemente unida a su dueño, el Padre, labrador. Desde esta unidad se inspira el Señor para motivar a sus discípulos a permanecer.

2. El Padre es quien determina la condición del «sarmiento» (los discípulos); pero es el Hijo quien asume la acción de «podar». La tijera con la cual poda es su Palabra. La Palabra recorta, corrige, transforma…

3. El labrador (Padre), la Vid (Hijo), la savia (Espíritu): disponen todo con el fin de que los sarmientos den frutos: frutos que sacien el hambre y la sed de santidad.

4. Desde el Hijo, el Padre y el Espíritu, en sus misiones divinas, ejecutan las medidas necesarias para quienes no reaccionen, no produzcan nada, no generen vida: «al que no permanece en mí lo tiran fuera, se seca, lo recogen, lo echan al fuego y arde».

TAREA DE LOS SARMIENTOS/DISCÍPULOS LLAMADOS A PERMANECER

  1. La primera responsabilidad de los discípulos es no sólo escuchar, sino «responder a la llamada».
  2. Les exige determinación y opción: muchos vientos, plagas, distracciones amenazan la Vid y los sarmientos. Sin raíz sólida es imposible permanecer, perseverar en el santo propósito.
  3. Dejarse podar por la Palabra, no resistirse, y agradecer la poda.
  4. Dar generosamente los frutos que, por sí mismos, no hubiesen podido dar. Los sarmientos no se «sientan a comerse sus propios frutos»; es una locura. Todo fruto está destinado a los otros. Es la manera en que la Trinidad sale de sí para dar vida.
  5. Los discípulos están llamados a pedir todo, desde la conciencia de ser alimentados por la savia verdadera, la corriente del Espíritu Santo. Las cosas pedidas, con sabor a Cristo, nunca les serán negadas.

Señor: queremos ser como San Pablo, quien supo permanecer en su encuentro fundante contigo y desde ahí encontrar la fuerza evangelizadora. Deseamos, como nos dice Juan, permanecer haciendo lo que te agrada, guardando tu evangelio, él en nosotros y nosotros en él; amando a los hermanos en ti y por tu gracia.

  • ☆¿Qué le dice a mi vida el verbo cristológico «permanecer»?
  • ☆¿Cuáles son las vitaminas o las mediaciones que me permiten permanecer en Cristo?
  • ☆¿Por qué una vida fecunda, que genere frutos, es fuente de felicidad?
  • ☆¿Me estoy dejando podar cada día por la Palabra?
  • ☆¿Para quiénes son los frutos de mi sarmiento? ¿Qué hago con ellos?

Comentarios de la Hermana Ángela Cabrera