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EL «MUNDO» Y LOS ESCOGIDOS DEL «MUNDO».

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EVANGELIO DE HOY: 8/5/21 (Jn 15,18-21).

El evangelio de Juan emplea el concepto «mundo», no en sentido creacional, de la «casa común», sino con las características que reflexionaremos a continuación, donde se nos presenta un solo escenario con tres imágenes:

1. EL «MUNDO»

Este «mundo» representa una sociedad sin Dios, ausente de valores cristianos. No se conoce a Dios ni se desea conocer. Sencillamente, se vive como si Dios no existiera.

Para referirse a este «mundo», Santa Catalina utiliza la imagen del río: un río fuerte y caudaloso que arrastra sin permiso todo cuanto tiene a su paso. Lleva a todos a la misma dirección. Hacen lo mismo sin saber por qué. Tienen los mismos criterios. El río desemboca en el mar del fracaso.

El «mundo», en este sentido, ama a su manera: con agua sucia, curtida, estéril. No sólo aborrece, sino que odia a todo aquello que vaya contra su corriente. Porque cualquier signo contrario se vuelve denuncia a su conciencia.

2. LOS ESCOGIDOS DEL «MUNDO».

La misericordia de Dios ha llenado la tierra. Su santidad se ha encarnado en el «mundo» desenfrenado. La santidad se contagia. No todo se ha perdido. Nacen uvas en el desierto.

El Señor ha elegido a su comunidad en el «mundo», justamente porque ama a la gente que en él está perdida. En la doctrina de Catalina, Él se convierte en puente, para que todos los del río puedan subir y salvarse de las aguas. Lo primero, dice ella, es agarrarse de los pies de Cristo, y seguir trepando, hasta alcanzar su costado, y luego su boca donde, finalmente las aguas del río no pueden lastimar.

Estos escogidos del «mundo» sufren las mismas consecuencias de quien los ha escogido; éste «no se ve físicamente», son vistos los que siguen su voz. Les toca sufrir por la causa de Cristo, pero en la piel de ellos mismos. Sin embargo, quien elige no abandona. Sigamos meditando.

3. VIVIR EN EL «MUNDO» SIN SER DEL «MUNDO».

Para resistir en fidelidad y felicidad, el mismo Señor se hace responsable de su llamada. Regala la fuerza de su Espíritu Santo. Sólo con el Don de Fortaleza, se pueden seguir los pasos de Jesús.

Para resistir a la corriente del río, el Señor también deja a sus elegidos su Palabra. En vez de odio, el corazón guarda la Palabra. ¿Qué hacen con esa Palabra guardada? Alimentarse para hacer que el «mundo» conozca a Dios, en nombre de Cristo Jesús.

Señor: danos la determinación de seguirte y obedecerte. No queremos hacer cosas sólo porque otros la hacen. Deseamos ser auténticos y vivir en la verdad. Que nuestro testimonio pueda gritar en silencio que todo el mundo está invitado a subir en Ti, puente de salvación.

  • ☆¿La «moda» ha condicionado mis decisiones?
  • ☆¿Qué corriente estoy siguiendo? ¿Qué puente estoy trepando? ¿Qué agua estoy bebiendo?
  • ☆¿Qué guardo en mi corazón?
  • ☆¿Quiero gastar mi vida para que Dios sea más conocido, más amado, más obedecido?

Comentarios de la Hermana Ángela Cabrera