Vie. Abr 26th, 2024

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JESÚS NOS VA PRESENTANDO LA PERSONA LLAMADA «ESPÍRITU».

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EVANGELIO DE HOY: 12/5/21 (Jn 16,12-15).

En el evangelio de hoy, Jesús nos presenta rasgos del Espíritu Santo. Esta presentación es fundamental para conocerle y descubrirle en su presencia y actuación. ¿Quién mejor que Jesús para hablarnos de Él?

Observe las palabras introductorias de Jesús:

«Muchas cosas me quedan por decirles, pero no pueden cargar con ellas por ahora».

Llama la atención el verbo «cargar»; «no pueden cargar… por ahora».. Y aquí comienzan los rasgos que, en las enseñanzas de Jesús, distinguen al Espíritu:

  1. Él trae la fuerza que permite CARGAR la cruz de Cristo, las exigencias del seguimiento. Trae la fuerza de lo alto para no seguir a Cristo triste, sino con alegría. Por eso, la alegría, es reflejo vivo de la presencia del Espíritu.
  2. Trae la Verdad… o sea, viene con la luz necesaria para digerir las enseñanzas de Cristo. Viene como farol divino a iluminar las mentes confusas, nubladas, encharcadas, paralizadas… Él, abre camino para que los ojos de la fe se deleiten en los manjares del cielo sin dejar de vivir en la tierra; de esta manera es especialista en «guiar». Bienaventurada la persona que se deje guiar por el Espíritu, que no sea malcriada con Él.
  3. Viene con noticias verídicas. No inventa. Es un fiel vocero, un dulce amigo, cuyo propósito es hacer que acontezca lo planeado por el Padre en el Hijo. Es humilde: no habla de Él. Sólo ejecuta su misión divina….y, lo que sí se sabe, por la tradición de la Iglesia, que no le gustan las personas haraganas… esas que le hacen dar vueltas y vueltas y no quieren oír, ni obedecer, ni cambiar ni nada…
  4. Glorifica al Hijo, porque con la llegada del Espíritu, Cristo está bien representado. Sus palabras no quedan perdidas, son testimoniales…. los resultados de su misión, los frutos de ella, no son para el propio Espíritu, sino que se remiten al Hijo… Muchas cosas hemos de aprender del Espíritu Santo.
  5. Si todo lo que tiene el Padre es del Hijo, entonces el Espíritu es el amor entre Hijo y Padre. Y, desde ese amor, nace la fuerza del anuncio y la fidelidad creativa con la que se porta el mensaje.

Señor: gracias por hablarnos del Espíritu Santo… queremos ir conociéndole cada vez más… deseamos vivir un fecundo Pentecostés…
Danos la gracia, Señor, de abrirnos al soplo del Espíritu. Que entre a nuestra vida y desempolve nuestra casa interior, la familia, la Iglesia, la sociedad, la creación… que aletee tu viento en nuestro corazón y en nuestra mente para hacerlas flexibles a la santidad.

  • ☆¿Me dejo aconsejar por el Espíritu Santo?
  • ☆¿Creo que ya le conozco o me dejo sorprender en su manera de ser y actuar?
  • ☆¿Qué experiencia tengo de la actuación del Espíritu en mi historia personal, familiar, eclesial?