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UNIDOS EN UN MISMO ESPÍRITU PARA QUE EL MUNDO CREA

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EVANGELIO DE HOY: 20/5/21 (Jn 17,20-26).

Jesús continúa su oración, abriendo el corazón al Padre, y exponiendo nuevos elementos en su súplica. Meditemos:

Observe que Jesús ahora integra, en la oración, no sólo a quienes les fueron confiados como primicia, sino aquellos, aún sin rostro, que se integrarán, como fruto de la misión evangelizadora. La oración de Jesús nos alcanza a todos nosotros hoy. Su oración es casa abierta, que acoge a todos quienes reciben la invitación.

La oración de Jesús esta vez se enfoca, teniendo la unidad/configuración como hilo conductor, en los siguientes elementos:

  1. QUE SEAN UNO: Jesús va a lo esencial. La unidad es el núcleo que lleva a permanecer. No se trata de cualquier unidad; ella está inspirada en la intimidad del Padre y del Hijo, de cuyo fervor brota el Espíritu Santo. También observe el verbo “ser”, “que sean uno”: es mucho más que “vivir juntos”, “reunirse”, “compartir”… La oración apunta hacia la máxima configuración con la comunión trinitaria. Jesús es el amigo fiel que no pone rayas en las relaciones.
  2. PARA QUE EL MUNDO CREA: La unidad es el mayor testimonio de la presencia de Dios. La unidad contagia, convence y convierte, soporta la predicación, evangeliza. Lo contrario, es señal de alerta, contradice el mandato del amor.
  3. AMADOS POR EL PADRE: La unidad no es invento apostólico. Nace de la fuerza del amor, que es la misma fuerza del Espíritu que reciben. Sin amor no hay unidad que se sostenga. El amor permite la aceptación, la convivencia, la tolerancia, el perdón, la renovación espiritual, la vitalidad misionera.
  4. PARA ESTAR CON ÉL, CONTEMPLAR SU GLORIA Y DAR A CONOCER SU NOMBRE: Este es el núcleo central de la oración de Jesús. Desea quedarse con nosotros. Que nosotros nos quedemos con Él. Desea que contemplemos su gloria, porque sólo quien la contemple, siendo testigo, puede dar a conocer su Nombre. La casa está abierta, esperando que nosotros, con el corazón ardiendo, vayamos llevándole los hijos e hijas a Dios.

Señor: queremos unirnos a ti y que esta santa comunión sea reflejo de tu gloria para que el mundo crea.

  • ¿Hemos meditado sobre los deseos de Jesús. ¿Cuáles son mis deseos?
  • ¿Soy signo de unidad en mi familia, comunidad cristiana, sociedad?
  • ¿Cuáles son las amenazas que, hoy en día, recibe la unidad cristiana?