DEL RESPLANDOR A LA GLORIA MISMA
2 min readLECTURAS DE HOY: 9/6/21 (2Cor 3,4-11; Sal 98; Mt 5,17-19).
Las lecturas de hoy son especiales en cuanto a mostrarnos el salto del Antiguo al Nuevo Testamento; y a su vez, el vínculo estrecho que los une, porque la Palabra de Dios es entera. Sólo que, como una cadena de montañas, desde algunas, se visualiza privilegiadamente. Cristo es la Montaña Perfecta: nos muestra a Dios tal como es; base para “tomarle confianza”. San Pablo utiliza, hoy, dos expresiones, que nos ayudan a sumergirnos en este misterio:
1. RESPLANDOR DE DIOS
– El pueblo de Dios, en Antiguo Testamento fue testigo de la presencia de Dios.
– Dios resplandecía con rayos de liberación para Israel.
– En Moisés tenemos la personificación del resplandor de Dios, un resplandor transitorio, en cuanto a su propia humanidad. Ofreció todo su ser y poseer, pero no era Dios.
– Moisés, el más humilde de la época, era un simple reflejo de lo que se iba a inaugurar en una segunda alianza.
– Todo el resplandor antiguo quedará eclipsado, ante la gloria del Padre a ser mostrada por Jesús.
2. GLORIA INCOMPARABLE
– La gloria incomparable comienza con la humildad: Jesús no viene con actitud de descartar aquel resplandor que tanto bien hizo al Pueblo.
– Viene con leña suficiente para que ese resplandor encienda, ilumine, queme y purifique, santifique a plenitud.
– ¿Quién o qué se compara a esta gloria? La Ley y los Profetas son las sustancias que guiaron y renovaron la alianza, con todas sus debilidades, pero con todas sus fuerzas. Jesús trajo la vitamina para su perfección eterna.
– La gloria incomparable enseña el respeto a la tradición.
¿CÓMO SER TESTIGO DE ESA GLORIA INCOMPARABLE?
– Jesús lo advierte: ¡no saltarse los versículos!
– Saltarse los versículos es señal de fe aguada, débil, tibia.
– Hemos de pedir gracias y fuerzas al Espíritu Santo para detener los ojos, el corazón y la vida en cada Palabra del Señor.
– La Palabra está ahí para ser vivida, luego anunciada.
– El Señor no quiere que enseñemos saltando versículos.
– Es necesario que cada versículo nos corrija, nos enderece, nos modele, nos haga crecer en su fuego purificador.
– Si todo esto sucede: vivir lo que tenemos que vivir y anunciar como el Señor lo propone, entonces se encenderá la gloria incomparable de Dios entre nosotros mediante el Nombre de Cristo Jesús.
Señor: tu santidad hoy nos invita a postrarnos al estrado de tus pies.
- ¿He tenido experiencia de saltarme versículos?
- ¿Cómo estoy portando el resplandor de Cristo?
- ¿Cuál es mi actitud cuando me siento eclipsado?