RESPONDER SIN TITUBEOS QUIÉN ES JESÚS
3 min readEVANGELIO DE HOY: 5/8/21 (Mt 16,13-23).
En el evangelio de hoy Jesús hace dos preguntas centrales a sus discípulos referentes a la identidad de su propia persona. Importa considerar a qué altura de la convivencia se las hace; ya han recorrido buena experiencia con Él, y se acerca el momento decisivo de la pasión. Meditemos haciendo el ejercicio de, nosotros mismos, responder a las cuestiones. Primera pregunta:
¿QUIÉN DICE LA GENTE QUE ES EL HIJO DEL HOMBRE (JESÚS)?
- Llama la atención, en la pregunta, la nominación a “la gente”.
- La gente, se refiere a los de fuera. A los que le han visto y oído.
- Se trata del grupo de personas que le identifican en su físico.
- Quizás han recibido gracias y bendiciones de Jesús.
- Lo asocian a personajes conocidos en la historia de Israel.
- Hacen un esfuerzo por adivinar su procedencia.
- Intentan pegar una, para ver si aciertan.
- Pero a la gente, le falta algo para conocerle a fondo.
Y USTEDES ¿QUIÉN DICEN QUE SOY YO?
- Jesús hace la misma pregunta a sus discípulos.
- … luego de tantos errores, cometidos por ellos, entendiendo mal las cosas.
- Lo que el Maestro escuchará, le hará saber que todo lo invertido en los suyos no ha quedado perdido.
- Por fin, la luz de lo alto les va iluminando.
- Pedro, el más espontáneo de todos, responde:
- “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
- Pedro no leyó su respuesta, tampoco se la dijo persona humana; él, en unión con la Luz, comenzó a ser luz. Sus palabras se llenaron de luz.
- En ese momento de lúcido, por la gracia del Espíritu, Jesús lo ensalza. Esa es la Roca que Jesús anuncia para su Iglesia.
- Todavía Pedro, en su debilidad, está expuesto. No comprende que el Mesías tenga que sufrir. Desea evadir el sufrimiento.
- Jesús deja claro que la comprensión de su proyecto, sin cruz, sólo puede venir del mismo demonio.
¿Qué aprendemos de estas preguntas? Pudiéramos considerar, entre otras cosas, que a Jesús no se le conoce en las orillas. De la misma manera que hablar del fuego no quema, porque para quemarse hay que meterse en él; para saber quién es Jesús, hay que dejarlo entrar y entrarnos en intimidad, como Pedro lo hizo. Sólo después, libros, cursos, predicaciones…, podrán iluminar la vivencia; las herramientas no la originan. Jesús no es papel, tampoco discurso, no es teoría…, es una Persona.
Haber tenido experiencia con Jesús y saber quién es, no impide el que seamos tentados por Satanás. Con todo, al permanecer unidos a Jesús, garantiza el que Él mismo, nos ayude a discernir las cosas que vienen de Dios y las que proceden del mal. El discernimiento es herramienta espiritual y cotidiana en la vida del cristiano, en la vida de la Iglesia. En asuntos de fe y fidelidad nadie se gradúa summa cum laude.
Señor: no queremos titubear al responder quién eres tú, como la gente de fuera que intenta pegar algo. Danos la Luz de tu Espíritu Santo, para profesarte con firmeza y determinación. Renueva siempre nuestra gracia bautismal para que sellados, el mal no incida con divagaciones que nos alejen de Ti. Queremos ser tus testigos. Que en tu Luz seamos luz.
- Intento meditar, a lo largo del día, quién es Jesús para mí.