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COMO EL TRIGO: CAER, MORIR, FECUNDAR, FRUCTIFICAR

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EVANGELIO DE HOY: 10/8/21 (Jn 12,24-26).

El evangelio de hoy centra su atención en la enseñanza de Jesús a sus discípulos a partir de una imagen: el grano de trigo. Es impresionante el valor y la fuerza de cada figuración a la que Él recurre, de manera que no quede duda de lo que desea comunicar. Se trata de una imagen que se filtra en el interior de los que escuchan; resuena, cuestiona, evangeliza… Meditemos:

SI EL GRANO DE TRIGO NO CAE EN TIERRA Y MUERE QUEDA INFECUNDO

  • “El grano de trigo”: la expresión integra un artículo definido, masculino, singular = “el”.
  • El grano de trigo es Jesús.
  • Con los verbos: “caer”, “morir”, “fecundar”; Él expresa y advierte sobre el itinerario a ser recorrido, su propia vida, su propia cruz, su redención.
  • La imagen trae consigo la renuncia a la propia voluntad.
  • Se trata del desapego del propio “yo”.
  • “El que se ama a sí mismo se pierde”.
  • Amarse a sí mismo lleva a la amargura. Darse vuelta en el propio ombligo es una verdadera locura.
  • Los ojos fijos en el “yo” ciegan el horizonte, impiden la visión. Uno mismo se convierte en su propia frontera; su adversario.
  • Jesús habla claro de “el que quiera servirme”: el servicio y el seguimiento son hermanos de padre y madre. Van unidos.
  • Servicio y seguimiento son las dos piernas que nos alejan de nosotros mismos, sin dejar de ser lo que somos.

PERO SI MUERE DA MUCHO FRUTO

  • Jesús no nos pide nada que Él no ha hecho primero.
  • Ahí está la fuerza de su enseñanza; sus palabras nacen de la experiencia de tierra: caído, muerto, fecundo; invita a todos los granos a no resistir a la caída, a no interrumpir el ciclo necesario para que una nueva vida sea posible.
  • “El que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna”:
  • … Es que uno no puede reservarse, cuidarse como porcelana y, al mismo tiempo, dar frutos.
  • Para dar frutos es necesario enlodarse, ensuciarse con la tierra, donarse, entregarse.
  • Pero tal entrega tiene un sentido: “servir a Jesús” y en Él, a los demás.
  • Seguir a Jesús es eso: con Él, caer, morir, fecundar, fructificar.
  • Esa dinámica es la manera de permanecer unidos a Él: en un mismo horizonte.
  • “Y donde esté yo, allí también estará mi servidor”.

Señor: la imagen que nos has regalado hoy nos recuerda la Santa Eucaristía. Tú eres ese trigo de vida que se ha donado para germinar en nosotros. No tuviste miedo a la caída, caíste en tierra con la confianza total en el Padre. Confiaste más allá de la muerte, y ahora nos invitas a no tener pena ni dolor en gastarnos por los demás; a no ser tacaños ni mediocres llevando una vida economizada en el servicio. La verdad, que si nos preguntas, te diremos que sí queremos servirte, y estar junto a ti; o mejor dicho, queremos estar en ti, siempre. Gracias por hablarnos tan claro. Te pedimos que le digas a tu Madre, que nos tome de las manos y nos saque de nuestra propia prisión. Que nuestro itinerario sea: caer, morir, fecundar, fructificar.

  1. ¿Qué estoy siendo: semilla en el macuto o trigo en la tierra?
  2. ¿Usted ha pensado en qué proceso del ciclo se encuentra: cayendo, muriendo, fecundando, fructificando?
  3. ¿Considera que, en la vida cotidiana, se pueden dar todos los procesos? ¿Cómo sucede?