¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?
1 min readLa buena fama acompañaba a Jesús. Sus hechos le hicieron merecedor de la atención de reyes. Herodes, publicamos y fariseos estaban atentos a sus palabras. El Señor obraba prodigios y señales que causaron revuelo en su época. ¿También nosotros estamos todos los días pendientes de Jesús?
Nuestro Señor obra milagros todos los días. Hace sentir su presencia en las maravillas de naturaleza, en el cambio de conducta de los pecadores e inspirando el bien en los corazones de las personas dóciles a sus palabras. Un cristiano es aquel que percibe la acción de Dios en el día a día. Tiene sensibilidad espiritual para percibir la presencia divina en todo y todos.
Busquemos a Dios porque él siempre se deja encontrar. Estemos pendientes de sus palabras para que con solicitud las pongamos en práctica. Pidamos a Dios que siempre reine en nuestros corazones. Amén.
Leer:
Texto del Evangelio (Lc 9,7-9):
En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba, y estaba perplejo; porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido; y otros, que uno de los antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?». Y buscaba verle.