Vie. Jul 26th, 2024

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SUPERANDO CELOS APOSTÓLICOS: COMPARTIENDO LA ALEGRÍA DE EVANGELIZAR.

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LECTURAS DE HOY: 26/9/21 (Nm 11,25-29; Sal 18; St 5,1-6; Mc 9,38-43.45.47-48).

Las lecturas de este domingo nos sitúan ante la madurez espiritual exigida para todo servidor y servidora de la Palabra. Presentan un claro cuestionamiento ante actitudes que, lejos de sumar esfuerzos para que la obra del Señor crezca, prohíben algunas participaciones en la tarea evangelizadora, afectando directamente la misión. Meditemos:

La primera lectura tomada del libro de Números presenta un contraste entre la “adultez de los setenta ancianos” y la “juventud del muchacho, sin nombre, y el mismo Josué”. El texto no menciona el por qué dos de los ancianos no estaban en el campamento en la hora en que el Señor les repartió algo del espíritu antes centrado en Moisés. Lo único claro a nosotros es que el pueblo había crecido.

Moisés, mayor, no daba abasto; y lo que antes le sugiriese su suegro Jetró, ahora es confirmado por el mismo Dios, quien vocaciona a nuevas personas con dones y carismas para que la historia de salvación continúe firme. Sin embargo, los celos de la juventud se dejaron sentir, cuando los muchachos constataron que dos ancianos profetizaban sin haber estado en la tienda; de ahí el pedido de prohibición. La respuesta de Moisés: “Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor”, manifiesta la adultez de quien ha superado la vanidad, los celos, la arrogancia y, humildemente, está centrado en que crezca la obra de Dios.

La segunda lectura del apóstol Santiago es el ejemplo vivo de la actividad profética, marcada por la denuncia y la sentencia a sectores ricos que han acumulado bienes a costa del robo a los pobres. Deja claro que los ojos proféticos están centrados en custodiar la justicia divina en un momento determinado de la historia. Si hay celos apostólicos en la comunidad de Santiago, queda evidente, con su mensaje, que la fuerza profética se abre camino en medio a pensamientos y sentimientos baratos.

Llama la atención, en el evangelio, que Juan, el más joven de los discípulos, sea el que protagonice el pedido a Jesús para que impida a uno, fuera del grupo, echar demonios en su nombre. Palabras sabias se dejan sentir: “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”. A criterios de Jesús, “está a favor nuestro”, incluso, el que les dé a beber un vaso de agua a uno de sus seguidores.

Cuando Él advierte de no escandalizar a los pequeños, bien se refiere a esas personas humildes, que con sana intención, tienen iniciativas para colaborar, y de repente, lo excluyen, lo suspenden, con criterios mediocres. El evangelio deja claro que acciones como estas son pecaminosas: “impedimento”, “escándalo” y “pecado” están en relación. Por dice Jesús que corten “manos”, “pie” y “ojo”. Puede comprenderse que, no se trata de los órganos en sí; sino de cortar la maldad que permea la interpretación de los acontecimientos.

Señor: en este domingo venimos a ti, para recibirte en nuestros corazones. Ya sabes lo que llevamos dentro. Algunas veces hemos sentido celos apostólicos de nuestros hermanos. Esos celos de la “juventud”, que bien se refiere a toda persona que no ha madurado con el paso de los años para centrar su atención en lo que realmente importa. Pero hoy hemos tomado conciencia y, con el salmista te decimos: “presérvanos de la arrogancia”, “porque tus pensamientos son puros y eternamente justos”.

  1. ¿He superado los celos de la “juventud” en la misión evangelizadora?
  2. ¿Soy persona que busca criterios para incluir a los demás en la misión?
  3. Dos frases para rumiar en la conciencia: “Ojalá todo el mundo profetizase” y “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”.