Sáb. Jul 27th, 2024

ApmPrensa

Agencia de Prensa APM

MARÍA: ¿CUÁL ES LA GRANDEZA DE DIOS?

3 min read

EVANGELIO DE HOY: 22/12/21 (Lc 1,46-56).

El evangelio de hoy se sintetiza en el Magníficat que, san Juan Pablo II definió como “el espejo del alma de María”. Si le preguntamos a la Madre qué hace a Dios grande, y buscamos respuestas en su salmo, nos percatamos de que dos veces el texto repite la palabra MISERICORDIA registradas en las siguientes frases: “su misericordia llega a sus fieles” y “acordándose de su misericordia” (a Dios le duelen sus criaturas y lo mueven sus entrañas). Si también le preguntamos por qué le canta a la grandeza del Señor contemplaremos la misma misericordia aconteciendo en rostros concretos en la historia de salvación:

MIRA LA HUMILLACIÓN

La grandeza del Señor y su humildad van de la mano. Los ojos de Dios están atentos a los pasos, a la vida, a la realidad de sus hijos y de sus hijas. La vida de Ana es un fiel reflejo de que Dios no se desentiende de los padecimientos de la gente, por más insignificantes que parezcan ser. Ahí, en el pequeño, en quien parece invisible porque no es mirado, está la atención de Dios.

La conciencia de ser “mirada” por Dios, de ser “custodiada”, de ser “escogida” es lo que hace su alma cantar. Es tan grande el canto del corazón agradecido, que puede llegar hasta la locura de amor. Ana lo sabe bien cuando luego de tanto mendigar bajo súplicas, lágrimas y oraciones por un hijo, al recibirlo agradece con un detalle: ofrecer nuevamente el propio hijo, llevándolo al templo como ofrenda permanente. Ya dijo alguien “los santos son exagerados”, y es que a tanto amor recibido sólo se entiende tamaño ofrecimiento. El cántico de María viene con toda la fuerza de la tradición: nace porque desde lo débil y lo frágil:

DIOS HACE GRANDES OBRAS

La historia de salvación es coherente y en estos días queda bien reflejada: Ana (madre de Samuel), Isabel (madre de Juan), María (madre de Jesús); las dos primeras eran públicamente reconocidas estériles; la tercera, una jovencita a quien el Señor confía el rumbo de la humanidad… Dios fue a rebuscar los retoñitos de Israel para hacer cambios que recuperen el sueño de la creación. Por eso, las obras cantadas en el Magníficat revelan mudanzas, donde todos y todas podamos sentarnos en la mesa del Reino con la misma dignidad. Cuando somos personas decididas a la conversión entonces entramos en las estrofas del canto de María, porque en ella cantan todos los humildes de la historia.

Señor: aquí estamos y te damos las gracias por la lección de vida que nos das siempre. Vienes al mundo desde lo pequeño y nosotros, algunas veces nos deleitamos en grandezas que nos distraen y nos alejan de ti. Sin tu gracia es inútil contemplarte frágil, vulnerable, tierno… Pero si nos asiste la luz de tu Espíritu Santo, entonces sí que podremos cantar tus maravillas.

Deseamos tanto alegrarnos con las cosas sencillas, disfrutar lo que está a nuestro alcance. Señor, danos un corazón agradecido. Muchas gracias por fijarte en nosotros. Te bendecimos por tu misericordia. La misericordia son las pupilas con las que nos contemplas y la razón por la que nos envuelves en tus proyectos. Tu abajamiento nos engrandece para que seamos humildes y sencillos. Gracias Señor.

  1. En estos tiempos, ¿qué letras tienen el canto que sale de mi corazón?
  2. ¿Qué obras el Señor está haciendo por mí, en su Nombre?
  3. ¿Qué le dice a mi vida: lo más grande que tiene Dios es su misericordia?
  4. ¿Qué le dice a mi vida: la grandeza de Dios se expresa en la pequeñez de un Niño?