Vie. Jul 26th, 2024

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FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR: SENTIDO Y FUNDAMENTO DE NUESTRO BAUTISMO.

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LECTURAS DE HOY: 9/1/22 (Is 42,1-4.6-7; Sal 28; Hch 10,34-38; Lc 3,15-16.21-22).

Llama la atención que Jesús acudiera a bautizarse en un “bautismo general”; un bautismo colectivo para aquel de quien Juan Bautista ha dicho: “no merezco desatarle la correa de los pies”. En la memoria de este acontecimiento no se evidencian “reporteros”, ni “pintores”, ni recepción privada, tampoco invitados especiales… sencillamente todo transcurrió en el escenario de la cotidianidad. Tanto Juan como Jesús abrieron una escuela de humildad, se abajaron sin esfuerzo, naturalmente, asumiendo y respondiendo a lo que de ellos esperaba Dios.

Juan bautizaba en las aguas del Jordán para la conversión de vida. Jesús comenzó así su vida pública: haciendo la fila de los pecadores en búsqueda de reconciliación. Él, sin pecado, no se enalteció, sino que se dispuso a mostrarnos el buen comienzo de quien acoge a Dios como Padre.

“… mientras oraba se abrió el cielo”. Es una imagen hermosa. El bautismo abre el cielo. Jesús dice la reverencia que ha de tenerse ante este misterio: profunda oración. Al abrirse, se le da a la humanidad secretos divinos, y también acceso. “Bajó el Espíritu Santo sobre Él en forma de paloma…”. Aunque Jesús se colocó en el bautismo comunitario como uno más, el Espíritu lo distinguió entre todos. Para que fuésemos capaces de comprender el sentido de lo vivido, se nos trae la presencia del Espíritu en forma de paloma. La paloma habla de paz, de reconciliación, de mansedumbre… reflejos de quien vive en la presencia de Dios.

La imagen de la paloma se complementó con la voz llegada de lo alto: “Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto”. Aquí se confirma la identidad de Jesús. Es coherente con el pedido en el libro de Isaías: “Miren a mi siervo, a quien sostengo, mi elegido, a quien prefiero”. Estas confesiones de amor divino se traducen con la donación del Espíritu sobre su persona. Por eso Juan había afirmado que Jesús bautizaría con Espíritu Santo, porque en Él está su plenitud.

El mismo Espíritu que se posó sobre Jesús es quien sigue posándose sobre cada bautizado en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. En cada acontecimiento se abre el cielo y se actualiza la experiencia desde Jesús: ser hijos amados y escogidos, para vivir en santidad y en justicia.

Señor: queremos agradecerte porque no haces distinción entre personas. A todos, mediante el bautismo, nos hace hijos e hijas, nos abres las puertas del cielo. Nosotros queremos vivir desde esta dignidad, desde esta conciencia. Danos humildad para ir a colocarnos en la fila de los pecadores en búsqueda de reconciliación, por las veces en que nos hemos olvidado que nos ama y que sufres por nuestra desobediencia. Gracias por sostenernos a pesar de todo. No te olvidas de nosotros. Danos tu paz, Señor, queremos ser reflejo de bendición en medio de tu pueblo.

  1. ¿Estoy inscrito en la escuela de humildad de Jesús y de Juan?
  2. ¿Tengo la fecha de mi bautismo, y lo celebro cada año?
  3. ¿He tenido experiencia de sentir la confesión de amor de Dios a mi persona como hijo o hija? ¿Qué confesiones de amor le hago a Él?