NO ES TIEMPO DE BUSCAR PUESTOS: ES URGENTE AMAR Y SERVIR.
3 min readEVANGELIO DE HOY: 16/3/22 (Mt 20,17-28).
El pasaje de hoy nos narra la subida de Jesús a Jerusalén; un viaje con un acento diferente. Les anuncia, a los discípulos, su pasión. Les habla, en privado, de condena, crucifixión y resurrección. Dos de sus discípulos, intervienen, representados por su madre, para buscar puestos, sin hacer ninguna referencia al sufrimiento que implica la gloria que solicitan. Jesús nos deja claro cómo “se obtienen los puestos” en el Reino de Dios:
“No saben lo que piden”. Los hermanos, al solicitar asientos de honores, se muestran desenfocados en la misión. La actitud de ellos nos permite denunciar cualquier tipo de pretensión que tengamos en el seguimiento de Jesús. Impresiona las veces, en el Nuevo Testamento, que la gente se le acerca al Señor para pedirle cosas. Importa considerar qué le pedimos nosotros, el fin que tienen nuestros intereses y nuestras súplicas. El texto nos desafía para “saber pedir” mientras vamos de camino hacia la “Jerusalén” de nuestros días.
Llama la atención la insistencia de los hermanos cuando Jesús les cuestiona; ellos desafían todo obstáculo: “¿Son capaces de beber el cáliz que yo he de beber?- Contestaron: lo somos”. Dicen que lo asumen, que asumen la cruz; sin embargo, observemos que su intención no es pura. No hay nobleza ni honestidad espiritual en lo que, en ese momento, buscan. Mientras que a Jesús lo mueve el amor al Padre, a las personas, a la creación, a ellos les mueve el privilegio y la distinción. Es necesario, hermanos y hermanas, identificar qué nos está moviendo a nosotros nuestro compromiso por el Reino. Qué estamos buscando cuando buscamos a Jesús.
Mientras que el Señor inicia el diálogo con sus discípulos para prepararles referente al sentido de la cruz, se ve obligado a detenerlo para invertir en la toma de conciencia de sus seguidores. No fue fácil para Él transformar el imaginario de su comunidad: hacerles ver que la dinámica del Reino es diferente a la manera en cómo se tratan los reyes de la tierra.
En el corazón del texto hay una frase clave: el puesto que buscan los hermanos pertenece a quienes “lo tiene reservado mi Padre”. Por la fuerza del pasaje, se puede considerar que esos puestos son para aquellos que, por estar sirviendo, no lo buscan: “El que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor”.
Señor: no es tiempo de buscar puestos. Es tiempo de amar, de servir. Ayúdanos a alcanzar la pureza de corazón. Que nuestras ilusorias pretensiones puedan ser denunciadas en un serio examen de conciencia. No queremos caminar engañados. No queremos cambiar el tema que nos planteas, menos aún saltarnos la dimensión de cruz que implica tu seguimiento. Necesitamos ser gente seria contigo. Que nos agarre el “atardecer de la vida” no pidiendo, sino sirviendo.
- ¿Qué busco en el seguimiento de Jesús?
- ¿Cómo me sitúo en medio de mi comunidad?
- ¿De qué manera sirvo para rescatarle los hijos y las hijas a Dios?