Mar. Abr 16th, 2024

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José aceptó lo que no engendró

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Asistí a la misa de la solemnidad de San José en sus vísperas. El sacerdote pronunció su homilia sobre este aspecto: «José aceptó lo que no engendró él«.

Las sagradas escrituras confirman que no tuvo nada que ver en la procreación del hijo de María. en el texto de Mateo 1 a partir del versiculo 18: «La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo

Fue un gran reto. Era asumir algo que era una vergüenza en su tiempo y que le daba la potestad de apedrear a su esposa, que aunque ya estaban casados no se había cumplido el tiempo de vivir juntos y si la esposa salía embarazada de otro hombre, la ley le permitía al esposo apredearla.

José el Justo

José aunque se encontraba en ese dilema, el texto bíblico resalta algo sumamente importante de él en el vers 19: «Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.»

De varios hombres los textos bíblicos resaltan que son justos. De Noé dice que era «el más justo y cabal de su tiempo». Abraham interpela a Dios para que salve a Sodoma y Gomorra si al menos aparecían 5 justos, y no aparecieron.

En Ex 9,27 aparece quien es el verdadero justo y lo dice el Faraon a Moises: «Faraón hizo llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: «Ahora sí, he pecado; Yahveh es el justo, y yo y mi pueblo somos inicuos.». También en el libro de Tobias, cap. 3 se lee: «2 Tú eres justo, Señor, y justas son todas tus obras. Misericordia y verdad son todos tus caminos». También lo expresa Herodes de Juan el Bautista y el Centurión lo reconoce en Jesús. Hay cientos de referencias bíblicas a lo que es ser justo.

Dios promete la vida y la felicidad a los justos y se la quita a los in-justos. Por eso tiene mucho peso el reconocimiento de que José era justo. Eso lo colocaba entre los cercanos de Dios.

Por eso se puede deducir que le fue fácil aceptar un proyecto de una mujer con un caso complicado. Hoy ese caso estuviera viralizado en todas las redes sociales con miles de memes. Publicarían algo asi como: «mujer judía, queda embarazada de desconocido y dice que un ángel se le apareció y la embarazó. Su tonto esposo le creyó la historia y se la llevó a su casa, sabiendo que ese hijo no era de él»

José acepta como suyo algo que no engendró. Una misión especial. Pero en Israel los que estudiaban la Torah sabían que estaban por cumplirse los tiempos de la llegada del Mesías. Para cualquier judio que asistía asiduamente a la sinagoga, y en Nazareth había una, sabía que las profesías estaban por cumplirse, así que muchos pedían a Dios que los tomara en cuenta para ser parte de ese proyecto.

José además tiene otra dicha que no muchos tienen. Dios le habla en sueños y él acata, obedece y ejecuta. Cuando le es revelado el misterio divino: Mt 1:20: «Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.«

José ya sabe que ha sido elegido para tener al mismo Dios a su cargo. El que tiene a Dios ya no necesita nada humano, por eso al reconocer que María ha sido también utilizada por Dios, ya no necesitan de la unión carnal, el que tiene a Dios tiene todo. Ellos cada día miraban a Dios hijo a su lado.

Si de Dios se dice que es justo, si de Cristo se dice que es justo también, al decir que José es justo, lo hace de una naturaleza parecida a la divina. Su actitud de contemplación, silencio, obediencia, cuidado paternal, cumplidor de la voluntad de Dios, lo hizo cambiar su proyecto de vida. Hoy más que nunca es necesario aprender de esos valores que tanto nos falta a la sociedad actual.

Todos reconocían que Jesús era su hijo. Así en Jn 6,42 se lee: «Y decían: «¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos?»»

El sacerdote que presidió la misa a la que asistí terminaba diciendo: «aquel al que Cristo le decía Papá en la tierra, sabrá interceder ante su hijo para lo que le pidamos»

Hoy que se tambalea la figura del hombre, del papá, San José emerge como patrono entre otras cosas de los «niños por nacer». Cuando Dios le advirtió que Herodes quería matar al niño, recibió la orden de defenderlo y salir a Egipto como inmigrantes para salvar a su hijo y fiélmente cumplió todo a cabalidad.

Aunque no estuvo presente en el momento de la redención de su hijo, trabajó la madera con él, y de seguro sabía que esa redención sería en un madero. Le habrá enseñado a amar el madero en el que nos redimiría.

Hoy debemos aprender a aceptar cosas que no engendramos, problemas y situaciones que no engendramos, como lo hizo San José, pues una de sus grandes cualidades fue el de la obediencia.

Oh padre San José, enséñanos a amar a tu hijo Jesús, como tú lo amaste. A tu esposa María, como tú la amaste en el silencio y a ser obedientes a Dios aunque el caso sea complicado y aunque nos hagan bulling y se burlen de nosotros por aceptar lo que no engendramos.

Comparto la catequesis que el Papa Francisco nos dió sobre la paternidad de José el 5 de enero: