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DE LA TRISTEZA A LA ALEGRÍA

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EVANGELIO DE HOY: 18/5/23 (Jn 16,16-20).

“Dentro de poco ya no me verán, pero poco más tarde me volverán a ver”… Las palabras que Jesús dirige a los discípulos no son comprendidas por ellos, y lo expresan: “No entendemos lo que dice”. Lo único que intuyen es que la presencia del Señor en sus vidas está en amenaza. Jesús se refería al momento de la pasión y la resurrección. Pero aún los discípulos no estaban en condición espiritual de asimilar este lenguaje.
 
Lo mismo pasa con nosotros, en nuestras realidades cotidianas. El no entender los acontecimientos, las personas, nos provoca incomodidad, y puede generarnos tristeza. Muchos pesares del corazón provienen del desconocimiento. La oscuridad de los sentidos hace que uno se turbe. Es duro querer las cosas claras y no poder comprenderlas.
 
Ese “dentro de poco”, del que se habla en el pasaje, refiriéndose al tiempo de lo que Jesús anuncia, también nos hace meditar en los diferentes momentos por los cuales tenemos que atravesar. El seguimiento implica trechos de oscuridad y trechos de luz. Y en ambos espacios siempre ha de prevalecer la memoria viva de lo que Jesús nos dice: “Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría”.
 
El Señor no se queda sólo en la advertencia de lamentos y lloros. En el fondo, hay un llamado a la paciencia. Saber esperar y confiar en el Señor. Con la llegada del Espíritu, las cosas son diferentes. Viene para ofrecer el conocimiento de las verdades profundas. Quien sabe leer dentro de los acontecimientos, con la gracia del Espíritu, no acuna la tristeza, y experimenta la alegría. Mantiene la esperanza en medio a las controversias. El Espíritu quita el velo de nuestros ojos. Nos permite contemplar la nueva presencia del Resucitado.
 
Señor: como el salmista también queremos cantar un cántico nuevo. Que con tu Espíritu podamos comprender las cosas con los ojos de la verdad.
 
1. ¿Con qué “luz” camino en la oscuridad? 
2. ¿Qué me causa tristeza?  
3. ¿Tengo paciencia cuando sufro por Cristo mientras otros se alegran? 
4. ¿Cómo el evangelio me enseña a conservar la esperanza en medio de la aflicción?