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 LAS COSAS SANTAS SE TRATAN CON SANTIDAD

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LECTURAS DE HOY: 27/6/23 (Gn 13,2.5-18; Sal 14; Mt 7,6.12-14).

En el Sermón del Monte Jesús nos sigue introduciendo en los finos y exigentes caminos que llevan a la perfección de vida. Inicia, hoy, diciéndonos: “No den lo santo a los perros, ni les echen sus perlas a los cerdos”. Pudiéramos considerar que “lo santo”, se refiere al Evangelio, a todo lo sagrado que remite a Dios y en Él encuentra su fuente. “Lo santo” es el Padre, es el Hijo, es el Espíritu; somos nosotros, hechos a su imagen y semejanza.
 
“Las perlas”, nuestras perlas; nos damos permiso para compararlas con las más variadas experiencias de Dios; con los manjares espirituales y vivencias profundas de amor y justicia que hemos tenido por misericordia. Las perlas también nos pueden evocar a nuestros dones y carismas, suscitados para hacer crecer el Reino. Son esos valores espirituales que nos permiten vivir y fomentar la santidad.
 
Hay animales como “los perros y los cerdos”, que pueden tomar las cosas y pisotearlas, morderlas, rasgarlas… no comprenden lo que están haciendo. Cuando usted pierde el control, ya todo lo que es delicado puede estar embarrado de lodo, sucio, con mal olor… Y es que no tienen conciencia del valor que poseen las cosas. El Señor nos enseña a ser prudentes. Si bien nos manda a anunciar a todo el mundo, nos exhorta a tener discernimiento para recogernos ante quien no acepta, para su bien, el mensaje.
 
“Traten a los demás como quieren que ellos les traten”. Esto nos recuerda la delicadeza de Abrán quien, ante la decisión de separarse de su pariente Lot, le dio la oportunidad de elegir primero las tierras donde quería asentarse. Lot escogió las más fértiles y fecundas. Él se quedó con las más áridas. Pero esas áridas, fueron bendecidas por el Señor.
 
“Estrecha es la puerta que lleva a la vida”. Esta es la imagen de sacrificio, de la entrega de la vida hasta la sangre. Es la renuncia a toda comodidad. Entrar por la puerta estrecha es no vivir buscando ventajas en todo, ni ser oportunista. Esta puerta es la que atravesó Jesús consumiéndose y ganando vida. Es vivir para Dios. Agradar al Señor es puerta estrecha. El salmo de hoy la ejemplifica; hace una síntesis de lo que significa vivir honradamente y practicar la justicia.
 
Señor: te pedimos que nos ayudes a crecer en conciencia. Deseamos darle valor e importancia, cada vez más, a todo lo tuyo. Danos la gracia de la prudencia y el respeto. No queremos ser ásperos con las demás personas. Que tu Espíritu nos modele con su santo fuego. Señor, danos la voluntad y la humildad de no ir buscando comodidades. Queremos sacrificios de santidad. Deseamos la puerta de tu cruz, entregar la vida; que la prefiramos aunque nos haga sangrar del esfuerzo por ser como tú.
 
1. ¿Cómo estoy tratando las cosas santas? ¿Con quiénes las comparto? 
2.  ¿A quién le estoy dando mis perlas? 
3. ¿Cómo examino, considero, el trato que le doy a las demás personas? 
4.  ¿Por qué puerta estoy entrando? 
5. ¿Me he separado de alguien por no saber convivir juntos en el mismo espacio? 
6.  ¿Qué elijo cuando me toca “escoger” primero?