Vie. Jul 26th, 2024

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SI QUIERES LLEGAR HASTA EL FIN.

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EVANGELIO DE HOY: 21/8/23 (Mt 19,16-22).

El conocido pasaje del “joven rico” presenta un interesante itinerario espiritual, que lo iremos desglosando a fin de examinar reflexivamente nuestro camino de unión con Jesús.

La ruta hacia el Señor comienza con una inquietud: “¿Qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?”. En otras palabras, puedes que estés sintiendo, en tu interior, la chispa de la vocación a la santidad, el fuego de la llamada, la necedad de profundizar tu relación con Él. Hay algo más fuerte que tú, que te pone en búsqueda. Vas a la persona cierta; entablas un diálogo sincero con el Señor. Necesitas identificar cuál es el sendero para llegar a la felicidad, al sentido de la vida.

El Señor inicia a introducirte desde las orillas. Tú le pediste qué hacer. Y Él te responde con los hechos. Te pide que cumplas ciertas normas buenas y necesarias para apartarte del mal y conservarte en el campo del bien y la bondad. Pero, no basta con cumplir, a criterios de Jesús. El joven estaba cumpliendo, y la insatisfacción lo perseguía. Necesitaba algo más. Y vino la pregunta: “¿Qué me falta?”. Da vuelta a esa cuestión y pregúntate a ti mismo, sin importar la edad ni la situación de vida: ¿qué me está faltando para unirme profundamente a Jesús?

Mucha gente comienza, pero no todas avanzan con determinación hasta el final. Con la pregunta: ¿qué me falta?, llega el momento decisivo para detenerte y revisar la vida. Se espera una respuesta personalizada, porque a todos no nos falta la misma cosa. Entonces, el Señor nos ubica, a cada uno, en la realidad propia. Él te mira, te examina, te descubre, y te sitúa, diciéndote lo que te hace falta. Te ilumina, te pone los elementos enfrente, ante tus ojos y tu conciencia: “si quieres llegar hasta el fondo, hasta la perfección, hasta la santidad, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego vente conmigo”.

Ha llegado el momento de “venderlo todo” para quedarte con Él, quien lo exige todo y todo lo da. Es la etapa de organizar tu vida, darle orden de prioridad y centralidad. Es la ocasión de liberarse de los apegos, y reutilizarlos al servicio de los pobres y los necesitados. Pero, el paso es cuestión de dos. Jesús está decidido, falta tu respuesta. No te obliga. Tú decides. Si quieres llegar hasta el final, Él no te pone atajos ni límites.

El joven del pasaje se marchó triste, dejando a Jesús. No quiere decir que todos respondan igual. Muchos santos y santas avanzaron hasta el final. Y tú, ¿te devuelves, te detienes, avanzas?