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CUANDO QUEDES LIMPIO…

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EVANGELIO DE HOY: 15/11/23 (Lc 17,11-19).

El pasaje de este día narra sobre los 10 leprosos que salieron al encuentro de Jesús para que se compadeciera de ellos… cuando se vieron curados, solo un extranjero, de quien menos se esperaba, se volvió para agradecer. ¿Dónde quedaron los otros?

Pensemos que nosotros somos esos “leprosos” que andamos detrás de Jesús. Gritamos con la esperanza de ser escuchados. Él se detiene con nuestro llamado. Nos mira y se compadece. En este momento, puedes ponerle nombre al tipo de lepras que carga contigo. Está la lepra de la soberbia, del orgullo, de la vanidad, de las medias verdades, del desenfoque y la dispersión… hay diversidades de lepras; ¿cuál reconoces portar? ¿De cuál quieres ser sanado?

El Señor mandó a los 10 leprosos a ponerse en camino, y obedecieron. Mientras iban quedaron limpios. No fue difícil para ellos buscar a Jesús durante el tiempo de aprieto y vergüenza. Pero, cuando recibieron la bendita sorpresa de Dios, y se vieron limpios, qué pasó. No se sabe qué rumbo tomaron 9 de ellos; si llegaron o no donde el sacerdote, o si marcharon a sus casas. Se fueron limpios por fuera.

¿Qué ha pasado contigo? ¿La Palabra del Señor te ha dejado limpio por dentro y por fuera? ¿Ella ha penetrado lo suficiente hasta no sólo cambiar los hábitos, sino el corazón? En el pasaje, de quien menos se esperaba, porque era un samaritano, se volvió para agradecer. Con este retorno, podemos meditar, ha reconocido a Jesús como Sumo y Eterno Sacerdote. El agradecido cambió la ruta de la sinagoga al Nuevo Templo, Jesús. Se echó a sus pies, dejándonos en evidencia: ¿ya te devolviste para dar gracias?

Si no sabes agradecer es porque no has quedado limpio por dentro. Con la limpieza profunda del corazón, que solo puede darla Jesús, llega la salvación a tu vida. La lepra opaca la gracia no permite identificarla; pero una vez despojada la enfermedad, los ojos de la fe se rinden ante el don, las rodillas se doblan, y la alabanza comienza. ¿Qué andas buscando detrás de Jesús? ¿Quieres limpieza profunda? ¿Dónde están los que la desean?

Señor, cuando quede limpio, cuando quede limpia, no solo por fuera, sino por dentro, podré valorar lo suficiente todo lo que haces por mí. Mi palabra será pronta para decir “gracias”, tanto a ti como a mis hermanos y hermanas. Podré ver, con claridad, la bondad de las demás personas. No me perderé en la ruta a seguir. Identificaré tus pies como lugar privilegiado de acción de gracias; y la comunidad, Señor, como espacio creyente donde proclamar y glorificar tu Nombre. Aquí estoy, Señor, ten compasión de mí.

🙏Seguimos orando por la paz del mundo, el fin de las guerras, y la santidad de todo el Pueblo de Dios.