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San Andrés, Apóstol

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La liturgia griega distingue a San Andrés con el titulo de “protocletos”, “el primer llamado”; pero, en rigor, este titulo ha de compartirlo con el apóstol Juan; ellos fueron los primeros que, en una tarde inolvidable, escucharon las palabras, nuevas para el mundo, de Jesús.

El nombre Andrés proviene del griego ἀνδρεία, andreia, y significa “valeroso”. Era común entre judíos, cristianos y pueblos helenizados de la provincia de Judea. No hay ningún nombre arameo o hebreo que se corresponda con Andrés.

Durante los tres años de la vida pública, la vida de San Andrés se hunde en el anonimato. Rápidos destellos fulgurantes nos descubren apenas la contextura espiritual del apóstol. Pocas veces nos citan su nombre los evangelios. En la multiplicación de los panes se hace ,cargo de la imposibilidad de dar de comer a la multitud con cinco panes y dos peces.

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El Nuevo Testamento probablemente indica que Andrés era hermano de Pedro. Ambos eran hijos de Jonás. Según el Evangelio de Juan, los apóstoles Pedro, Andrés y Felipe eran de Betsaida. En el Evangelio de Mateo y en el Evangelio de Marcos. Pedro (el nombre hebreo Cefas, el nombre griego Simón y el latino Pedro significan roca) y Andrés fueron hechos juntos discípulos de Jesús cuando pescaban con su red en el Mar de Galilea.

En el Evangelio de Lucas, cuando Jesús escogió a Pedro como discípulo, se menciona que Pedro estaba pescando y que, gracias a un milagro de Jesús, pescó muchos peces con su red donde llevaba mucho tiempo sin lograr pescar nada. No obstante, no se menciona a Andrés en ese pasaje.

El Evangelio de Juan dice que Andrés era un discípulo de Juan el Bautista. Según Juan Evangelista, Juan el Bautista señaló a Jesús y dijo “ahí está el Cordero de Dios” y varios discípulos suyos pasaron a ser seguidores de Jesús. Según este evangelio, Andrés le dijo a su hermano Pedro que había encontrado al Mesías y lo llevó ante él. Entonces Jesús nombró discípulo a Pedro también.

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De oficio era pescador, por lo que su vida se desarrollaba en el lago y sus alrededores. En esta vida dura y áspera, con sus muchos fracasos y escasas alegrías, fue donde se forjó la firme vocación del apóstol. La intrepidez y la constancia, alentada por la fuerza del Espíritu, hizo de él un apóstol decidido.

Aparece San Andrés como hombre de índole calmada y serena, opuesto a la impetuosidad característica de su hermano Pedro. De corazón noble y abierto, inspiraba simpatía y confianza. De carácter sensible, era fácil al entusiasmo sencillo cuando una gran idea le dominaba. Aunque participó en las pequeñas rivalidades de los apóstoles sobre cuál sería el mayor y podía presentar el título de “primer llamado”, no parece, sin embargo, apetecer grandes cosas.

Entre los documentos más antiguos que hablan de San Andrés, es importantísima la carta de los presbíteros de la iglesia de Acaya dirigida a toda la Iglesia. En ella, cariñosa y largamente, se narra el martirio de San Andrés en la ciudad de Acaya. De esta carta proceden la mayor y mejor parte de las noticias que nos da la antigüedad cristiana. Además, cada día los eruditos que han estudiado este documento, se inclinan a darle más valor histórico, si no en las circunstancias, sí en lo substancial del relato. En ella nos vamos a apoyar para lo que sigue.

Eusebio de Cesarea citó a Orígenes en su obra de historia de la Iglesia. En la cita Orígenes dice que Andrés predicó en Escitia. La Crónica de Néstor añade que predicó por los alrededores del mar Negro y del río Dniéper hasta llegar a Kiev, que desde ahí fue a Nóvgorod. Por esto es patrón de Ucrania, Rumanía y Rusia.

La tradición dice que fundó una sede episcopal en Bizancio (posteriormente Constantinopla y luego Estambul) en el año 38 d. C. y que nombró como obispo a Estacio. Según Hipólito de Roma, Andrés predicó en Tracia. La presencia de Andrés en Bizancio es mencionada en unos Hechos de los apóstoles apócrifos conocidos como Hechos de Andrés.

De estos Hechos apócrifos solo se conservan fragmentos y textos refundidos y el conjunto pudiera datar de la segunda mitad del siglo II. Se ha especulado sobre la autoría de estos textos, que tienen detalles encratitas y gnósticos. Según el académico E. Amann, estos Hechos tienen “compromiso cristiano” pero tienen detalles heterodoxos.

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El martirio consistió en ser colgado en una cruz aspada en forma de equis. La tradición la llama cruz de San Andrés y es el símbolo tradicional para distinguir a este apóstol. El arte la ha consagrado así. Cruz distinta en su forma a la de Jesús y Pedro.

Tampoco fue clavado en ella, sino atado con fuertes cordeles por las extremidades, a fin de prolongar su agonía y hacer su muerte más dolorosa. Jesús y los dos hermanos—Pedro y Andrés—fueron crucificados, aunque cada uno de forma diferente. Cristo les reservó una muerte semejante, como un lazo que los une en la vida y en la muerte, en la fidelidad a la misión evangelizadora, en el testimonio último de la sangre. Asemejarse a Jesús hasta en la muerte es una gracia que Dios otorgó a los dos pescadores de Galilea.

Las crónicas antiguas nos refieren multitud de milagros de San Andrés. Este poder asombroso de hacer milagros era una prerrogativa apostólica, un poder singular que Cristo concedió a sus apóstoles para facilitarles su predicación y en testimonio de ella. Sin embargo, aunque hizo muchos milagros, no nos consta que los que se nos cuentan sean auténticos. El culto de San Andrés se extendió por toda la Iglesia, tanto oriental como occidental. Varias iglesias se disputan la gracia de poseer sus sagradas reliquias.

San Andrés está considerado el primer patriarca de la Iglesia ortodoxa. Paralelamente, el Pedro Apóstol lo es de la Iglesia católica y Marcos Evangelista lo es de la Iglesia copta. Es patrón de los pescadores, los pescaderos y los fabricantes de cuerda. A san Andrés se le suele representar crucificado en una cruz en forma de X.

Igual incertidumbre hay respecto de sus reliquias, trasladadas de Patrasso, probable lugar del martirio, a Constantinopla y después a Amalfi. La cabeza, llevada a Roma, fue restituida a Grecia por Pablo VI. Consta con certeza, por otra parte, la fecha de su fiesta, el 30 de noviembre, festejada ya por San Gregorio Nacianceno.