Vie. Abr 26th, 2024

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A quién sigo ? a quién me «suscribo» y a quién le doy mis «like» ?

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Hoy el evangelio tiene varios elementos a resaltar importantes y que no pueden pasar desapercibidos:

  • Jesús está en Galilea no en Jerusalén después de la muerte de Juan.
  • Sale a la misión después del apresamiento de Juan, no antes.
  • Resalta que el tiempo se había «cumplido».
  • Llama a dos pares de «hermanos de sangre»
  • Habían muchos otros pescadores y jornaleros en la barca de Zebedeo. Jesús elige y no toma al azar a cualquiera.
  • Ellos dejándolo todo lo siguieron..

Estos elementos nos permiten entender mejor este Evangelio de la elección de sus apóstoles. Jesús no elige al azar, elige con nombre y apellido. Simón y Andrés son hermanos del mismo padre, así como Santiago y Juan hijos del Zebedeo, dueño de la barca.

Los que hemos navegado en el mar y pescado sabemos los gajes de este oficio y la finalidad de hacerlo. Echarse al medio del mar donde puedan haber peces, ya sea por intuición o por la experiencia de saber dónde están los peces. La promesa de Jesús no es un pago entendible, no era dinero, ni riquezas, ni fama, ni cargos, ni lujos, ni hacerlos famosos; les promete en pago a seguirlos hacerlos «pescadores de hombres».

Ellos ya sabían «pescar», conocían las artes para hacerlo, conocían la navegación, los tiempos buenos y malos y de qué lado habían o no peces. Por eso veremos varios momentos en los que Jesús, navega con ellos y hace varios milagros o en el lago navegando, o al pescar y no encontrar peces.

Esta vez les promete hacerlos «pescadores de hombres». Tendrían que salir con la misma sagacidad de pescar peces, pero esta vez hacerlos por hombres. ¿Por cuales hombres ? El salmo 8 nos recuerda que: «Qué es el hombre para que de él te acuerdes, o el hijo del hombre para que te acuerdes de él? «

El Señor se acuerda del hombre que se ha distanciado de su creador.

Conviértanse y crean en la Buena Noticia

Dos palabras les proclama a todos en general: convertirse y creer. Es el primer pedido del Señor y que dejará a todos a la orilla del lago intrigados. De qué tenían que «convertirse» ? en qué o quien tenían que creer ? Ya no tenían a sus «profetas y sacerdotes» que le habían dicho en quien creer ? Porque este habla de una «Buena Noticia»? Ya no existían noticias anteriormente ?

El llamado también es hoy para nosotros. Convertirnos cada día. Al inicio del día es bueno preguntarnos: ¿ de qué tengo que convertirme hoy ?, ¿Qué tengo que cambiar hoy?

Hoy Jesús nos pide creer en él y su mensaje. Acaso creemos no creemos ? Aquí está la clave de todo lo que hacemos. Si tenemos o no tenemos fe. Tener fe es creer.

Síganme…

Es el imperativo que Jesús una vez tiene la atención de los apóstoles les ordena y no es un simple pedido de si ellos podían seguirle. Una vez que los elige por sus nombres y les pide que cambien y que crean, les ordena: «síganme».

Uno suele seguir en el mundo a muchas personas: artistas, políticos, líderes sociales, maestros, cantantes, poetas, deportistas, presidentes, sacerdotes, tictoker, youtubers, influencers, couchers, etc y no se da cuenta de a quien realmente seguimos y somos arrastrados a sus aguas.

Hoy además de seguirlos, nos suscribimos a sus canales de distribución de contenido y le damos un «me gusta», que les aumenta su poder de acción porque están seguros de que le seguimos.

Este evangelio nos hace un llamado a cuestionarnos: ¿a quien seguimos? Jesús nos ha elegido para ser sus discípulos, pero muchas veces no lo seguimos, seguimos a otros dioses, a personas que no tienen la «Buena Noticia» sino malas noticias.

Es interesante resaltar el significado de «seguir» (ver significado en está dirección web), una de ellas es «seguir el mismo camino». Por eso el Señor señaló el camino, él mismo era el camino.

No estamos dispuestos a «dejar la barca» donde antes pescábamos peces. Oímos cualquier voz, vemos cosas ignominiosas en el internet, leemos cualquier clase de doctrina, cantamos cualquier tipo de canción, apoyamos cualquier linea de pensamiento social dañino, etc.

Estamos inmersos en las «malas nuevas», crímenes,  robos, corrupción, aborto, eutanasia, narcotráfico, ciberdelincuencia, afán de riquezas, etc.

Hoy el Señor nos llama de nuevo a dejar la barca y los peces, para ser «pescadores de hombres«, aquellos a los que Dios nos pondrá en el camino.

Para poder hacer eso primero hay que «convertirse» y «creer».

Estamos dispuestos ?