Soy Salesiano de Don Bosco
3 min readHoy día de San Juan Bosco, un santo intenso, con la santidad a su alrededor toda su vida, agradezco a Dios que me hizo vivir la fe en la Comunidad Salesiana de María Auxiliadora de Santo Domingo, y por eso SOY SALESIANO.
Estudié en el Oratorio, viví la fe con mis padres en la Parroquia María Auxiliadora y allí encontré a mi esposa Laura con la que me casé en la parroquia y he visto nacer mis 9 hijos prácticamente aquí.
Estoy en los Medios de Comunicación y soy tecnólogo gracias a la motivación de un gran sacerdote salesiano el P. Jorge Martí que en los años 80 adquirió de las primeras computadoras y cámaras de video y nos pidió que aprendiéramos lo que sería en el futuro las herramientas para evangelizar. Y así me hice informático y luego fotógrafo y comunicador.
He visto cuantos seres humanos siguen recibiendo el llamado vocacional a servir en la Iglesia Católica a través de la Congregación Salesiana y todo movidos por el ejemplo de San Juan Bosco.
Hace unos años justo al cumplirse el 200 aniversario de su muerte me coincidió un congreso en Roma y la casa de retiro era donde justo vivía el Rector Mayor y sucesor de Don Bosco, Don Angel Fernández que me concedió una entrevista y con el que conversé sobre diversos temas.
Pero el regalo más grande para cualquier salesiano es visitar la tumba del santo y conocer la Basílica de María Auxiliadora, el primer oratorio y contemplar la habitación donde vivía.
Conocer su historia de santidad, su difícil y atribulada vida marcada de duros acontecimientos y que nunca que le quitaron la alegría, hace que uno vibre de emoción y trate de imitar esa santidad que tiene y que al día de hoy sigue contagiando a muchos a vivirla.
Hoy le recordamos y en nuestro país gracias al P. Luis Rosario, SDB y un grupo de jóvenes salesianos República Dominicana dedica su día como Día Nacional de la Juventud.
Espero volver algún día a Turín a las raíces de Don Bosco y seguir contagiándome de su santidad.
Dios le concedió morir con sus colaboradores a su lado y viendo el fruto de su inspiración y sobre todo de sus sueños.
Fue tan humilde que prefirió que su orden no llevara su nombre sino el de otro santo, San Francisco de Sales y así nos deja un legado que traspasa la historia y seguirá a través de nosotros sus seguidores.
Viva Don Bosco a quien San Juan Pablo II llamo: «Padre, Maestro y Amigo de la juventud» y como él nos dijo: «os espero a todos en el Paraiso«.