Vie. Mar 29th, 2024

ApmPrensa

Agencia de Prensa APM

«Lo empujó y se quedó…»

5 min read

El evangelio de este primer domingo de cuaresma nos trae estas dos palabras «clave» para que iniciemos el trayecto de nuestros 40 días. Jesús nos muestra el «como».

Muchas veces nos dejamos llevar de la vida cotidiana y no vivimos los tiempos que la Iglesia nos propone para hacer crecer nuestra vida de fe. No son tiempos para simplemente «variar». Son puestos para fortalecer nuestra lucha contra lo malo.

Esta maldad se manifiesta en esta imagen de las tentaciones en el desierto. En los desiertos hay aridez, sequedad, calor, vientos arenosos, soledad. Todo esto es lo que vivimos en nuestra vida.

Llama la atención que es el Espíritu que empuja a Jesús, como si él quizá no lo hubiera tenido en sus planes, pero se deja llevar de este impulso para hacer un ayuno.

Veamos la definición de la palabra ayuno: Adjetivo. Este término se define como la acción y resultado de ayunar o de ayunarse en abstenerse de comer o de beber. Manera de penitencia por motivo eclesiástico o por devoción cuya finalidad es la abstinencia de ciertos alimentos durante un día. el que no ha comido o que no se ha desayunado.  El que no tiene un suceso, acontecimiento o noticia en que es difícil de comprender. Ver también esta definición amplia.

«Nesteia», según el significado de la palabra griega ayuno significa: abstinencia, escasez, falta, necesitado, carencia de alimento, de sustento, de comida, sea voluntaria o involuntariamente . Nesteia se compone de dos raíces griegas: Ne, que significa negativo, y Esthio, que significa comer, devorar; también tiene relación con la palabra griega Nestis, que quiere decir: no comer, abstenerse. Primariamente significa abstenerse de comer voluntariamente con el propósito de buscar al Señor. En segundo lugar, también significa «abstinencia» sin especificar de qué; esto nos enseña que el ayuno también es negarse a más que solamente comida, es negarse a cualquier cosa que satisfaga al ser humano, con el propósito de ofrendarlo a Dios, puede ser determinada dieta (carne), televisión, recreación o cualquier deleite.

Es curioso conocer la etimología hebrea de ayuno con la palabra «Tzum». Así que, ¿qué nos enseñan estas letras sobre el ayuno? La primera letra, tsadi, nos enseña que la corona de justicia es servir a otros. Este es el primer pensamiento que debería entrar en tu mente cuando piensas en el ayuno, en vez de pensar primero en el hambre y en la sed. La segunda letra, vav, nos enseña que al vivir la ley del ayuno nos ligamos entre nosotros como uno. Recuerda que Cristo dijo, «Si no sois uno, no sois míos». La última letra, mem, nos enseña que es una responsabilidad de convenio el sacrificar el alimento, el agua y el servicio necesario para el bienestar físico y espiritual de los demás.

Estas letras representan el significado antiguo del ayuno… la corona de justicia (tsadi)… el cuidado por los necesitados (tsadi)… el ligarnos en unidad (vav)… la responsabilidad de convenio (mem). Esta es la verdadera definición de la palabra y estos son los primeros pensamientos que deberían estar en tu mente cuando piensas en el ayuno.

De hecho la palabra «desayuno» es romper el ayuno que el cuerpo hace en la noche al no comer ningún alimento.

Cristo nos muestra como podemos poner muestra confianza solo en Dios, con estos ejercicios fuertes en el desierto. El Pueblo de Israel sabe entender bien lo que significa «desierto». Quizá esta palabra hasta le asusta y le trastorna la historia. Es un pueblo que aprendió a conocerse en un viaje difícil y duro en el desierto que pudo haber sido solo de unos meses, pero que por su dureza y falta de fe en Dios, fue de 40 años. Solo la nueva generación que nació durante ese viaje entró en la tierra prometida.

El desierto purificó a Israel en esos 40 años, de hecho solo comían maná que le llegaba del cielo, no tenían ni que buscar alimento y según la tradición este «alimento» tomaba el sabor que cada quien imaginaba. El agua les fue dada por un rio que los seguía donde quiera que iban. Aprendieron a no honrar a los ídolos, de hecho su primera tentación y reclamo a Dios los llevó a fabricarse un ídolo y les fue bastante mal.

Muchos murieron en ese trayecto, pero los que perseveraron entraron en la tierra prometida de manos de Josué, porque ni siquiera Moises entró. Es por tanto que Israel es el pueblo del desierto, que sabe que tiene que en medio de esa situación difícil, Dios aparece y les preserva la vida y los enseña a fiarse de él.

Cristo se enfrenta al mal, a los malos nosotros vivimos en nuestra historia y que a veces nos desesperamos y queremos salir de ese desierto, pero que puede durar 40 años y no aguantamos ni siquiera un par de días o semanas. Es un aprendizaje que los sufrimientos no nos matan.

Y para confirmar eso, Jesús entra desde su humanidad y vive las tentaciones. La del pan, la de la historia y la del ser. Es lo que el Señor le enseña a Israel en el monte: «amarás al Señor tu Dios, con toda mente, con toda tu alma, con todas tus fuerzas».  Aquí Jesús nos enseña a cumplir ese amor de Dios.

Cuantas veces sucumbimos y le exigimos a Dios que nos quite los sufrimientos, pero es que Dios quiere que lo vivamos y por eso nos envía el Espíritu Santo que nos empuja.

La lección está en recordar las respuestas de Jesús y hacerlas nuestras: «no solo de pan vive el hombre…».,»no tentarás al Señor tu Dios», «solo a Dios adorarás…» 

Nos falta para aprender a «quedarnos en el desierto» como lo hizo el maestro. Al quedarnos en el desierto aprenderemos que Dios está por encima de todo eso y fortalecer nuestra fe en el único Dios. Busquemos en nuestra vida cuales tentaciones de nuestra historia, de nuestras fuerzas y de nuestra alma tenemos que vencer en esta cuaresma 2021.

Es tan importante que la oración del Padre Nuestro la lleva en sus palabras finales: «no nos dejes caer en la tentación…»