Domingo del Buen Pastor (IV Domingo de Pascua). Jornada Mundial de la Vocaciones.
2 min readEn este Domingo pascual la Iglesia nos presenta la figura inefable de Cristo, Buen Pastor, que nos lleva al Padre, que da su vida por nosotros, que nos alimenta con los pastos ubérrimos de su Palabra y de su Cuerpo y de su Sangre, que nos defiende del lobo rapaz del demonio y de sus secuaces.
Y San Gregorio de Nisa dice al Buen Pastor:
«¿Dónde pastoreas, Pastor Bueno, Tú que cargas sobre tus hombros a toda la grey? Muéstrame el lugar de tu reposo, guíame hasta el pasto nutritivo, llámame por mi nombre, para que yo escuche tu voz y tu voz me dé la vida eterna» (Homilía 2 sobre el Cantar).
La Iglesia ora este domingo por las vocaciones a los distintos ministerios y servicios, dentro del Pueblo de Dios. Necesitamos imperantemente pastores al estilo del Buen Pastor. Hacen falta personas generosas, dispuestas a ofrecerse a Dios y a la Iglesia, para ser signo de la presencia y el amor del Buen Pastor.
La Iglesia consagra este IV domingo de Pascua, el del Buen Pastor, a celebrar un año más la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Se trata, como su nombre indica, de un día dedicado pedirle a Dios vocaciones de especial consagración: religiosos y religiosas de vida activa, monjes y monjas contemplativas, miembros de institutos seculares masculinos y femeninos, y sacerdotes.
La tarea de estos servidores es la de ser mensajeros de su Palabra, testigos de su amor, encarnación de su acogida y entrega. Se nos pide a todos una oración confiada, apostólica y en comunión fraterna, para dar respuesta a la urgente llamada del Evangelio: “Levantad los ojos y contemplad los campos, que están ya dorados para la siega; el segador ya está recibiendo salario y almacenando fruto para la vida eterna…” (/Jn/04/35).
La figura evangélica del Buen Pastor. Es una imagen bella y poética que penetró hondamente en los corazones de los cristianos de Roma. En las catacumbas de Domitila, que se remontan al siglo I, aparecen pinturas del Buen Pastor. Imagen oficial en lugar del crucificado; tal vez por repugnancia.
El domingo 4º de Pascua es siempre el del Buen Pastor. Pero Juan 10 se lee dividido, según los ciclos, en tres pasajes distintos.
Es tarea permanente, pero más que nunca de este día, orar por las vocaciones consagradas: las que hay y las que tendría que haber. Para que sean puerta que abren el acceso a Dios y buenos pastores, como Jesús, para su pueblo.
La Cincuentena, es un tiempo que nos quiere hacer entender y celebrar mejor el Misterio de Cristo, y entrar en su Pascua, que sigue viva en nuestra historia.